Emilio Ballagas fue un escritor cubano, gran ensayista y exponente del neorromanticismo y de la poesía negrista en la Mayor de las Antillas. Su ópera prima, titulada Júbilo y fuga, ve la luz en las librerías de la Isla a comienzos de los años 30. antes, Ballagas se había dado a conocer como poeta con algunas primeras creaciones publicadas en la revista antenas.
Más tarde colaboró junto a Regino Boti, Lino Novás Calvo y Mariano Brull en la Revista Avance. Desde sus inicios este autor mostró su interés por el cultivo de la poesía pura, “en un juego de lúcido hedonismo que no lograba eclipsar, empero, el florecimiento de una creciente sensación de angustia”. Como ensayista, destacan obras como Antología de la poesía negra hispanoamericana y Mapa de la poesía negra americana. Es, sin duda, una de las voces líricas más sobresalientes del siglo XX cubano.
Fuente Colonial
No lloréis más, delfines de la fuente /
sobre la taza gris de piedra vieja. /
No mojéis más del musgo la madeja /
oscura, verdinegra y persistente.
Haced de cauda y cauda sonriente /
la agraciada corola en que el sol deja /
la última gota de su miel bermeja /
cuando se acuesta herido en el poniente.
Dejad a los golosos pececillos /
apresurar doradas cabriolas /
o dibujar efímeros anillos. /
Y a las estrellas reflejadas no las /
borréis cuando traducen de los grillos /
el coro en mudas, luminosas violas.
Fuentes: Cubaliteraia y “La Poética de La Habana, Cien poemas”, Ángel Augier.
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