La mente tiene una capacidad analítica y descriptiva que asombra y lo más importante es que ese análisis fluye sin proponérselo. Eso me sucedió en la mañana de hoy cuando fui a cumplir un encargo familiar.
Mi esposa planificó hacer frijoles negros, no voy hablar del precio de ese grano, de todas formas ya estaba en casa, para hacer los frijoles necesitaba ají y ajo. Después de caminar por distintos puntos de ventas, carretilleros y bicicleteros, me detuve donde había un carretillero que tenía ají. Dije para mí, todo no está mal.
Cuando me detengo a ver el producto estaba marchito, y cuando le pregunté el precio, el que se puso marchito fui yo. Cien pesos el pote, me dijo el vendedor en muy buena forma, pero no lo compré.
En ese momento, como un relámpago funcionó mi mente y viajé a mi infancia, allá en El Marey, Aguacate, donde vivía en ese entonces, de inmediato me vino una imagen.
En el patio de mi casa había un espacio que no tenía más de tres por cinco metros, estaba con hierba y alguna basura, siendo un niño me dediqué a limpiar, romper la tierra, hacer un semillero y sembrar ají cachucha.

Al cabo del tiempo, con la debida atención, la siembra comenzó a producir, fue “tanta” la producción que además de utilizarse para sazonar, se hizo encurtido. Viendo que alcanzaba y sobraba me dispuse a vender en las calles de Aguacate.
Un bodeguero amigo me regaló unos cartuchitos chiquitos, que se utilizaban en las bodegas. Los llenaba de ají y los proponía a cinco centavos, no piense usted que lo compraban muchas personas, y eso que estaban acabados de recoger.
De inmediato mi mente viajó al momento actual y pensé, cómo un niño pudo sembrar ají para su casa y hasta vender y ahora no hay existencia de ese producto con la cantidad de CPA, CCS, y las tierras ociosas que se han entregado, unido a las diferentes formas de la agricultura urbana. Ni aquel niño, ni este hombre pueden entender eso.
(Tomado del perfil de Facebook de Enrique Tirse)
Es una vergüenza que ese producto escasee y así diferentes vegetales el tomate de cocina se da hasta arriba de las piedras ,en cualquier pueblo en los patios y jardines de las casa lo sembraban, en el patio de mi casa Miami recibe ese tipo de ají casi cada tres días un jarro mediano y los consumo y le doy a mis parientes Es un desastre cómo está cuba,el cubano lo acostumbraron a vivir del cuento y esas mismas personas están llegando a Miami con el Parole le dan ayuda en todo no trabajan ni en la agricultura la construcción ni subirse a los techos eso se los dejan a los indocumentados que no tienen esos privilegios
No pusieron el comentario lo dije porque duele acomo esta la situación alimenticia no hacen nada para sembrar
Enrique porque ese niño no va enseñar a otros niños de aguacate como se siembra regrese y usted verá que no lo puede vender a 5 centavos, porque ese bodeguero amigo suyo que le dio los cartuchos,vendia, pirulí,mercocha,durofrio,hielos y todo por 1 o 2 centavos porque a él ,el azúcar le costaba la libra 5 centavos,en fin no haga comparaciones tontas porque al final tu al igual que yo cuando conocimos el asfalto no regresamos mas al campo a no ser alguna fiesta
HASTA CUANDOOOOOO????
Yo tampoco lo entiendo. El pasado viernes pagué 100 pesos x un vaso que traía 15 unidades del dicho ají!!!