Cuatro horas en una tienda de MLC supera cualquier expectativa. No quiero echar más leña a la pira, pero esto me sucedió hoy sábado en la eufemísticamente llamada Maravilla del Cerro, debido a un sistema de pago que han instaurado, a través de Transfermóvil, esa aplicación que se supone todos tenemos en el teléfono, sin embargo, a la hora de la verdad, dicho por los propios empleados, su utilización para esos menesteres tranca el dominó, dícese que por culpa de ETECSA, pero lo que simplemente ocurrirá es que se trancará la propia tienda hasta tanto existan mejores condiciones, o pase a propiedad de una Mipyme o algo parecido… Usted ya me entendió.

Realmente asusta el panorama entre las personas mayores, la mayoría en esas colas, si vas a ver, que tienen que pagar de una forma inédita y se enfrentan con la cajera que le dice: Autentifíquese en su móvil, por favor, ingrese su PIN de la tarjeta Telebanca, que le indica cuál es su banco, y ojalá no sea el Bandec porque es de una lentitud horrible, para después ejecutar su código QR y tao, tao, tao… ¿Ya ves? Aquí eso no procede, y no me importa que aleguen que si en el primer o segundo mundo lo usan.

Quedé muerta, petrificada, por suerte llevaba los espejuelos, el celular y me sabía de memoria algunos detalles, porque confieso que aún con todos los cursos de páginas webs que he pasado, mis años como editora de la Internet de Juventud Rebelde y la del semanario Opciones, o mis experiencias con mis plataformas personales y mis cuentas en Facebook, Twitter o Instagram, me ataqué de nervios, me puse en código azul.

¿Qué queda entonces para aquella pobre anciana que llegó con su bastón a comprar una caja de helados y unos jabones de baño que estaban vendiendo ese día? ¿Cómo se le ocurrió a alguien, ya sea ETECSA, el administrador (...) poner sistemas como ése que todavía no nos da suficiente confianza porque en la concreta se sabe que han ocurrido hasta fraudes? El QR podría ser una opción, nunca una obligación.

La verdad es que sigo anonadada, por usar una palabrita fina y no otra llena de ira, porque si no lo saben, entérense, que emplear cuatro horas de tu preciosa existencia en una tienda, para adquirir algún producto que sea necesario, es crimen para nuestra humanidad por el que nadie, estoy segura, va a pagar (...).

(Tomado del perfil en Facebook de Elsie Carbo)

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