Horrorizados y boquiabiertos quedaron los pacientes de la sala de espera del servicio de estomatología del policlínico Mario Escalona de Alamar, La Habana del Este, no por la mala atención de la recepcionista, ni por el hecho de que a las ocho y cuarenta de la mañana aún no habían instrumentos esterilizados y que se estuviese esperando por el papel para la esterilización; sino porque cuando finalmente llegó, traían el rollo arrastrado por el pasillo a la vista de todos.
Son estas algunas de las acciones que dejan muy mala imagen y demeritan el esfuerzo de otros que trabajan a conciencia y cuya solución no reside en el fin del bloqueo económico, comercial y financiero de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos hacia Cuba. Tiene su causa en la desidia, la falta de profesionalidad y de respeto al pueblo.
(Tomado del perfil en Facebook de Javier Acosta Elejalde)
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Cada día y no solo en los policlínicos, vemos manifestaciones del subdesarrollo profundo, vez más hondo. En cada sector, en cada calle, en cada ciudad. Me detengo aquí para hacer publicable este comentario.
Cuidado con estas acciones. Son señales que no se pueden ignorar, si no se actúa con rapidez mañana quizás sea demasiado tarde. No solo es en el sector de la salud, el país esta cayendo en la indolencia y la apatía y eso es muy peligroso.
Se debe tomar medidas justas pero que transmitan que la irresponsabilidad y la chapuceria no pueden afectar la imagen de la salud pública cubana. Publicar las medidas con los responsables directos e indirectos
Entiendo, o trato de hacerlo, el disgusto de los trabajadores honestos, laboriosos y éticos del del sector de la salud, al ver estás barbaridades expuestas en la prensa. Es cierto, que que otras actitudes, como las que ellos citan, son repudiables y merecen una mayor respuesta de las autoridades por el sentido de indisciplina, caos y hasta complicidad de las autoridades. Pero el sector de la salud no está exento de actitudes y actores que menoscaban el prestigio de los que cada cumplen su deber con sentido ético y humano: los que venden medicamentos, algodón, alcohol, jeringuillas y turnos; los que niegan el servicio, los chapuceros y malhumorado que atienden mal y hasta maltratan. Muchos dirán con razón, que no es solo en el policlínico o el hospital; que también sucede en el ómnibus, el taxi, las tiendas, teatros, cines, museos, pizzerías, restaurantes y en todas las esferas. Pero eso solo se debe a que somos nosotros los responsables, los que en una suerte de venganza quizás inconsciente sentimos la necesitas de desquitarnos o de expresar nuestra inconformidad ante los sucesivos maltratos de que somos víctimas de nosotros mismos, sin que aparezca el ente regulador llámese inspector, funcionario, policía, cuadro o redondo que cumpla a su vez sin caer en la cadena sin fin del "SI TE DIO DALE". La venganza, represalia y hasta el disgusto al responder en esta forma no nos causará bienestar, como no sea el de satisfacer rencores acumulados y egos maltratados. Este artículo no debe verse dirigido a la salud. Sino a la sociedad toda que está rota y sufre a través de sus ciudadanos. La solución existe, pero no sé logrará con discursos y artículos de prensa, pues aunque ambos son necesarios, más importante son las acciones de cada uno haciendo lo que le toca hacer. Este es un llamado a la ética, las virtudes contra la indisciplina, la prevaricación y la corrupción.
Me pregunto por que los pacientes y el perodista no ayudaron a cargar el rollo de papel solo es criticar sin darse cuenta el esfuerzo que realizs el personal de salud publica en general, es un personal que no tiene transporte ni comida y asi trabaja para una gran cantidad de vagos y chismosos