Estimado Gobierno Provincial de La Habana
En la tienda La Isla de Cuba que pertenece a La Habana Vieja hay culeros desechables 3ra. etapa y no me dejan comprar porque soy de La Lisa. Pero en La Lisa NO HAY!!
¿Qué hago? ¿Cómo puedo adquirir culeros para mi hijo?
¿Se dan cuenta de que esto de la municipalización del comercio es DISCRIMINATORIO?
El cuento es más largo.
El post lo hice después de intentar razonar con los de LCC y explicarles que soy de otro municipio, que no ando con la libreta de abastecimiento encima porque solo sirve para comprar en mi municipio y no tenía ni idea de que iba a encontrar culeros hoy, fue casualidad. Pero sí tenía la tarjeta de menor del niño porque siempre la llevo conmigo porque hasta la semana pasada era suficiente para comprar los culeros en cualquier tienda. Ahora resulta que también necesitan la libreta de la bodega. Y bueno, de todos modos yo no soy del municipio así que no. No puedo comprar.
La solución que me sugirieron fue que le pidiera el favor a alguien de la cola, a ver.
Entonces hice el post. Y tiré la foto desde la acera, donde se veía el cartel de la tienda y al fondo la puerta.
Uno de LCC pasó justo cuando la tiré.
En menos de 30 segundos salió una mujer de la tienda de las que anota en la libreta, asumo que LCC, y me llamó a mí, y a un policía que estaba cerca para decirle que yo estaba tirando fotos, le enseñé la foto en el celular, le dije que no había tomado fotos dentro de la tienda. Resulta que según ella, y según el policía, tampoco puedo hacer fotos del exterior de la tienda. Les dije que me dijeran que ley lo prohibía. Ninguno supo decirme. El de LCC que salía en la foto (de espaldas) me dijo que tenía que borrarla, porque salía él, y si la dejaba me iba a demandar.
Bueno, amenazó con quitarme el teléfono si no la borraba. La borré. Dejé el post. Eran ya 5 personas discutiendo conmigo. Les expliqué que en la tienda que "me toca" hace siglos que no venden culeros. Que es injusto. Que el Gobierno Provincial al que emplazo tiene que saber que esta situación afecta a las madres trabajadoras, que no tenemos el día entero para hacer colas en la tienda del barrio donde se supone que debemos comprar, que compramos cerca del trabajo, o donde podamos, porque cuando llegamos a casa nuestra tienda está cerrada, o ya se acabó todo porque competimos en desventaja contra los que no trabajan y se pasan el día allí, haciendo colas "para lo que entre" porque si no lo necesitan igual se lo llevan y luego lo revenden.
Finalmente, después de 10 minutos de discusión, apareció un hombre que se identificó como representante del gobierno. Solo él resolvió el problema y me permitió comprar los dichosos culeros. Pero si yo me hubiera quedado con la respuesta que me dieron las primeras 4 personas con las que intenté razonar, yo estaría camino a mi casa con las manos vacías.
Los culeros no deberían restringirse por municipios porque la distribución se hace por tiendas y todos los municipios no son bendecidos con igual densidad de establecimientos. Basta mirar la página de TBKids y verán cuántas veces aparece una tienda de La Lisa entre las afortunadas.
(Tomado del perfil de facebook de Rouslyn Navia Jordán)
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Esto es importante por varios motivos: 1. Ilustra que quienes tomas las decisiones muchas veces no analizan las diferentes variantes y los problemas que su solución va a ocasionar. Eso nos dice que hay que revisar quienes son esos decisores que generan malestar en la población con su actuar pues puede llevar a problemas políticos. 2. La existencia de una ley por encima de la ley escrita. Y es que la ley es una, la de nuestra carta magna y reflejada y expandida en lo que se publica en gaceta. Cómo alguien va a ir a la vía pública, incluído in policía, a imponer su ley y a amenazar con arrebatar un celular si no se borra una foto? Dónde está escrito eso? 3. La necesidad de que personas del gobierno tengan que intervenir expresa que no hay una claridad meridiana en los procesos o que estos están mal y se corrigen ahí en la caliente, en las colas, en las discusiones, pero solo ahí, pues luego se pueden dar las mismas situaciones. Nada que toca revisar de arriba abajo quienes deciden y sus decisiones.
La verdad q las personas q trabajamos al parecer no tenemos derecho a comprar nada pues cuando sale uno del trabajo y va a fajarse con un transporte para comprar en su mcpio o no hay nada o ya cerraron, resumiendo a comprarle a los revendedores para poder comer o faltar 1 día a trabajar y correr el riesgo a q te sancionen en el trabajo x ausencia o q nonl9gres comprar nada,difícil la vida.
Por fin alguien q siente nuestros reclamos porq le toco de cerca no deberia ser asi, si lo hacen por los revendedores primero tienen q controlar a los trabajadores de las tiendas y los lcc para q vean como se acaba la revendededera
Muy de acuerdo, empezando que debian de investigar a fondo a quienesedan el traao deLCc, porque muchas de esas personas fueron coleros tambien...y lo digo porquese de casos en que es asi. Investiguen a fondo, que para todo hay tiempo.
Si lo que el pueblo, que es el soberano, pide que todo lo distribuyan por las bodegas de los barrios, aunque las frecuencias de venta sean altas en dependencia de las disponibilidades de los productos, y esto no se hace así; entonces, por qué los responsables de estas medidas no explican públicamente por qué no se le hace caso a este reiterado planteamiento.
Lo mismo me pregunto
Ese es el pollo del arroz con pollo.
Estimado Gobierno Provincial de La Habana: Tengo la certeza de que esa instancia de gobierno está consciente del reclamo abrumadoramente mayoritario de la población acerca de que la distribución y venta de todos los productos de primera necesidad, entiéndase pollo, perritos, detergente, aceite, sardinas, etc., se realice a través de las bodegas y carnicerías de los barrios, sin que importe cuán largo sea el ciclo, el que se determinaría según las disponibilidades. Con esto nos acercamos a una real equidad y se acaban los coleros, los revendedores y algunos LCC cómplices que también existen. Espero que sí, que el gobierno provincial conozca de este reclamo masivo en la capital, pues se expresa con mucha fuerza en los comentarios a las noticias, en las conversaciones en los barrios, en las colas, en los centros de trabajo, en los núcleos del PCC, en fin, en todas partes. No hay excusa para que los que nos dirigen no lo sepan. Entonces, por qué no lo hacen como el pueblo, que es el soberano, lo está pidiendo; o al menos que algún funcionario o dirigente responsable de estas decisiones explique públicamente las razones para que no se distribuyan y vendan estos productos en las bodegas y carnicerías de los barrios. Sinceramente, pienso que es un derecho del pueblo de La Habana conocer por qué no se atienden sus reclamos ante algo tan trascendente como este asunto y se toman decisiones incompletas como ahora las ventas por municipios que, si bien resuelve algunos problemas, también genera otros muy importantes para los que trabajan en municipio diferente al de residencia, para los municipios con pocos lugares de venta, etc. .