Yo: Inconforme, molesta.

Panadería: Línea y 12

Administradora: Mariela (según el portero).

¿Corrupción?: No, no tipifica. Pero sí desvergüenza, desfachatez y descaro.

En este caso denuncio la impunidad de aprovecharse de las funciones y cargos para auto-asignarse alguien el poder de hacer lo que le da la gana y usar a la gente como ganado o fichas de juego.

Los hechos: El portero, queriendo "manejar" la cola, en minutos armó un caos. De pronto de una cola como las normales de toda la vida, había tres primeros: una para pan de ajo, una para molde, y una para todo. Ah! Pero el que quisiera comprar dulce podía entrar primero... y luego a la cola.

Climax: Entonces llegó "alquien" de la nada con aparente voz de mando, y ahí fue lo grande: (murmullo de "es del gobierno", otros "esa señora es maaaala").

Y aclaro que lo que narro es porque lo vi: la susodicha tomó las riendas de la caótica cola y llamó dedo mediante a dos de fuera de las 3 colas, quienes tranquilamente entraron y salieron con carretillas de rueditas abultadas, y no de aire, más respectivas jabas de nylon transparente, estas sí, visiblemente llenas de flautas de pan.

La señora de voz de mando estaba allí con más pan en la mochila (foto), sobre la mesa del portero.

Resultado: Se acabó el pan. Todo esto sucedió delante de una cola de unas 60 personas. Algunos, como yo, tras casi 2 horas de disciplinada espera, protestábamos. Lo más lamentable, indignante y peligroso es que otros decían "es normal", y otros simplemente se dieron media vuelta con su tiempo, esperanza y confianza perdidas.

Pedí hablar con la Administradora. Estaba ocupada.

Dije que la esperaría, y me dijo el diligente portero que "había salido".

Me resisto a que este sea el "fin de la historia".

(Tomado del Facebook de Tamara Lara Hernández)

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