Los finales, aunque suelen ser desgarradores y tristes o esplendorosos e intensos, no son reales. Solo es el lugar donde se detiene la historia, como apuntó una vez un célebre escritor.
Los desenlaces llevan dentro un nuevo comienzo y eso es lo que deben ver los aficionados del béisbol, después que su equipo Industriales quedó eliminado de la postemporada en el campo humeante de su propio estadio Latinoamericano.
Cierto es que han pasado 12 años desde la última vez que los felinos de la capital tuvieron uno de esos finales felices y que su historia ha quedado congelada en el tiempo. En ese trayecto, los fieles han llenado de frustraciones las mismas copas con las que brindaron una vez por aquellas victorias increíbles, y han incinerado a un quinteto de directores en la hoguera del odio, esa emoción que tantos problemas ha causado a la humanidad y que jamás ha solucionado ninguno.
La derrota en esta Serie Nacional 61 comenzó esta vez fuera del terreno, primero en las redes sociales con los ataques desmesurados de sus mismos devotos, y luego con la toma de los graderíos del Coloso del Cerro por parte de la fanaticada rival, un golpe psicológico que motivó a los Alazanes de Granma, por demás el mejor equipo de todos con sus tres coronas en los últimos cinco años.
Doy fe de que la tropa de Guillermo Carmona se entregó y luchó contra esos verdugos implacables con todas las herramientas que tenían a mano, a pesar de llegar a esa batalla definitoria extenuados, sumidos en una curva de rendimiento descendiente que queda como tarea pendiente analizar.
De nada sirve ahora, después de esas satisfacciones que nos dieron a lo largo de toda la temporada, “sacar los trapitos al sol”, arremeter contra los heridos, poner en duda su estirpe, ni apedrearlos como a un Cristo.
En el béisbol y en la vida se comenten errores, como ese inaceptable de no salir al campo a mostrarle respeto a los vencedores después de una derrota, pero son cosas que ocurren bajo el fuego de la pasión y el dolor profundo que golpea cuando no se cumplen los objetivos.
El revés es real y se construye de la unión de muchos detalles que en la mayoría de los casos no podemos ver desde las gradas, pero el final en el deporte no existe.
Las puertas de ese icónico estadio se volverán a abrir otra vez en el futuro, el uniforme de los nuestros continuará siendo azul, y la historia seguirá su curso. Nos vemos en el estadio.
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Ni repeto al rival, ni etica, ni disciplina, ni afición, ni equipo y hasta el color azul se lo quitaron los granmense...
Da pena que un equipo de la Capital de todos los cubanos, con una población que duplica ó triplica la de cualquier provincia no tenga de donde sacar y formar peloteros y tenga que utilizar peloteros de las provincias y después de despojarlas de sus mejores figuras, haga el papelazo de todos los últimos 12 años. Cuando dejen de mostrar la autosuficiencia, la prepotencia, la superioridad, la majadería que ya no se merecen y los que le rodean dejen de alabarlos por lo que fueron y no por lo que hoy son, quizás sean mejor aprobados por todos los cubanos que vemos y respetamos la Capital de todos, pero no un equipo que no merece representarla ni representarnos.
Siempte encontramos en nuestro afàn de proteger lo.propio, Justificaciones por cientos. Lo que se evalúa no son los esfuerzos sino los resultados. Mantener el Deporte amén de ciertas cifras que producen estrellas en el extranjero, pesa en el presupuesto del estado y en los hombros.de los trabajadores. Los.deportistas perciben salarios superiores.a los que producen PIB en ocasiones...insumos, médicos, alojamientos...etc. No estamos en contra, pero va a tener que empezar a funcionarse con datos económicos y mantener jugando a quienes.rindan, ahora se plantea que la.asistencia al Latino de mayoría del equipo contrario, merma. Y cuando estàn en el extranjero????? No tapemos las deficienvias en defensa y otras para ver lo de.todos los años. Hay que producir lanzadores como.hicieron los.asiàticos hace años y fortalecer la disciplina del entrenamiento.
Pienso que esos Industriales les faltó lo que tenían en abundancia generaciones anteriores Un Corazón Invencible cuanto añoramos las épocas de los Chávez, Urbano, Capiro y Hurtado o las de Marquetti, Germán, Vargas, Padilla, Javier y los Lazaritos Valle y De la Torre ese es el espíritu de vencedores al que tenemos que aspirar no dudó de la entrega de los muchachos esos últimos 4 juegos que salimos delante no debimos perderlo nos faltó un Guaguita López o un Euclides Rojas pero esa es la pelota y a seguir luchando con el espíritu de vencedores
Eso de no aceptar la derrota y no felicitar al vencededor es responsabilidad del equipo de direccion completo de los azules, pues debian haber sido los primeros en dar ese paso y asi es como se debe educar a las nuevas generaciones. (ACLARO, SIEMPRE SERE INDUSTRIALISTA)