No todo, en materia de deportes, es ganar, mucho menos cuando se trata de atletas con algún tipo de discapacidad física. En esos casos, lo que realmente importa es participar, demostrarse a sí mismos que pese a las limitaciones físicas que se tengan, siempre se puede luchar contra ellas, y de ello hemos tenido ejemplos sobrados durante la celebración de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Uno de los atletas que en esta oportunidad se ha superado a sí mismo, es el cubano Ulicer Cabrera Cruz, quien logró, en par de ocasiones, mejorar el récord panamericano en el lanzamiento de la jabalina para atletas de la categoría F13. El criollo había llegado a la cita nipona con marca personal de 59.12 metros y registro máximo de la temporada de 56.51.
Sin embargo, Ulicer salió a darlo todo desde el mismo primer envío, cuando lanzó el implemento hasta 59.83 metros. Ello no solo le valió mejorar su marca personal, sino imponer un nuevo récord panamericano para su categoría. Pese a ello, el criollo quería más y en su quinto intento volvió a mejorar la marca continental, al enviar la jabalina a 59.89 metros, registro con el que ancló en el cuarto puesto de la competencia.
La corona se la ciñó el campeón europeo Daniel Pembroke, de Gran Bretaña, quien implantó récord paralímpico de 69.52; la plata quedó en poder de Ali Pirouj, de Irán, con lanzamiento de 64.30, que constituye su mejor registro personal, y el bronce lo tomó el recordista mundial Héctor Cabrera Llacer, de España, al hacer volar la jabalina hasta los 61.13 metros, siendo este registro su mejor resultado de la temporada.
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