El ciclista habanero Damián López le dijo adiós a sus terceros Juegos Paralímpicos con su participación en la carrera de ruta categoría C1-3, donde concluyó en la posición 35 entre 39 competidores.

El circuito de la Autopista Internacional de Fuji fue testigo del pedaleo de este guerrero sobre ruedas, de 44 años, marcado con el número 314, que lleva una vida entera por las carreteras del mundo llevando el mensaje de la perseverancia y el sacrificio por encima de las adversidades y las limitantes propias de su discapacidad física.

Amputado de sus antebrazos, alcanzó en esta disciplina el lugar 12 en la cita de Londres y el 17 en Río de Janeiro en la categoría C4, y luego de un accidente, hace tres años, donde perdió su pierna derecha, se levantó del asfalto como un héroe mitológico para lograr un décimo puesto en el Campeonato Mundial de este año en Portugal, para darle una lección a los seres humanos que se rinden ante la primera piedra que encuentran en el camino.

Basta conocer su historia para dejar de preocuparnos por medallas y lugares, Damián López Alfonso es un campeón probado en la carretera de la vida, y lo ha demostrado con creces una vez más.

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