Por fin la lucha libre cubana se hizo con un metal en Tokio 2020, esta vez gracias a Reineris Salas Pérez, quien logró hacerse con el bronce de los 97 kilos. En esta oportunidad, el cubano enfrentó a Shari Sharifov, de Azerbaiyán, un rival incómodo que rápidamente tomó ventaja, gracias a una pasividad marcada a Reineris, y lograr sacarlo del área de combate, para poner un 2-0 a su favor.

En el inicio del segundo periodo, el cubano estaba obligado a atacar sino quería quedarse fuera del podio, así que inició mucho más activo, haciendo retroceder a su rival, hasta lograr hacerse con una de sus piernas y marcar sus dos primeros puntos. Poco después, marcan una amonestación a favor del ukraniano, quien llega así a tres puntos. Con solo unos 30 segundos para finalizar el combate, Reineris logra sacar a Sharifov del área de combate y empata las acciones, sacando así el bronce del congelador, toda vez que no se marcaron más puntos y la acción de dos puntos por él conseguida le favoreció en el desempate.

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Con anterioridad a la actuación de Reineris, había hecho su salida la cubana Yusneylis Guzmán López, quien no pudo acceder a la discusión del bronce al ceder en su encuentro de repechaje ante Oksana Livach, de Ukrania, en combate perteneciente a los 50 kilos de la lucha femenina. Desde el inicio mismo del combate, la ukraniana tomó la delantera, al lograr un pase atrás.

Después de ello, volvieron al centro del colchón, momento que la ukraniana aprovechó para conseguir proyectar a Yusneylis y ahí mismo comenzó el “conteo regresivo” de la cubana, la cual había caído en una posición muy incómoda. Yusneylis luchó una y otra vez para intentar salir de esa posición y evitar la pegada, pero la ukraniana tenía tiempo de sobra y un férreo agarre con el cual se mantuvo siempre tirando en busca de la pegada, hasta que finalmente las fuerzas le flaquearon, y terminó cediendo.

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