Antes que sonara el estridente pitazo de arrancada en el Canal Sea Forest de la bahía de Tokio, Milena sabía que su boleto para pasar a semifinales del skiff era inalcanzable.

Todo indicaba que el séptimo puesto logrado por su coterránea Mayra González en la cita de Sidney 2000, marcado como la mejor actuación histórica de las féminas cubanas en estas lides, debería mantenerse intachable en los libros de récords de la isla, al menos tres años más, hasta la próxima reunión olímpica.

Para alcanzar ese sueño debería vencer a mujeres de más rango y experiencia, acostumbradas a bajar de los ocho minutos en esos 2000 metros que la separaban de la meta, y los expertos no pronosticaban para nada ese resultado a estas alturas de la competencia.

A su izquierda se relajaba la canadiense Carling Zeeman, la misma que la había sacado más de 22 segundos de ventaja en el heat clasificatorio cuando hizo su debut en estos Juegos Olímpicos. Una atleta de 30 años que fue décima en la pasada cita de Río 2016 y que tiene en sus vitrinas preseas ganadas en Juegos Panamericanos y Campeonatos Mundiales.

Un carril más allá -siempre a su izquierda- estaba la británica Victoria Thornley, de 33 años, clasificada directo en su primera presentación hace unos días atrás, multimedallista también en varios campeonatos regionales y mundiales y ganadora del segundo puesto en Río de Janeiro en el doble scull.
A su lado, la bielorrusa radicada en Rusia, de 28 años, Hanna Prakatsen, era otra amenaza fuerte. Campeona europea y de la Copa del Mundo de este mismo año, también se había asegurado un lugar en cuartos de final desde el primer día, cuando rebaso la meta en la primera posición de su heat clasificatorio sin muchos problemas.

Le seguía, allá lejos en el carril dos, otra que representaba un escollo más para su bote: la joven suiza, de 26 años, Lovisa Claesson, con experiencia también en campeonatos del mundo. Clasificada de segunda en su manga con tiempo inferior a los ocho minutos, cuentan que construyó un invernadero en el sótano de su casa para poder circular en un ambiente cálido y pegajoso, que le permitiera adaptarse al sofocante clima japonés.

Su última rival era la koreana Hyejeong Jeong, ubicada en el carril uno. Una atleta que parecía accesible para la espirituana, con tiempos similares y de su misma edad, llegada del repechaje, también como ella.

Cuando sonó el estridente pitazo de arrancada, Milena remó con fuerza sin importar todos esos currículos de sus contrarias. Desde este lado del mundo miles de paisanos tratamos de mandar energías positivas mientras ella bogaba contra la corriente de los vaticinios, pero esos dioses intranquilos que se divierten moviendo las piezas para que los mortales protagonicen historias épicas y hazañas increíbles, no estaban esa mañana de domingo en la bahía de la tierra del Sol Naciente.

Milena Venegas entró quinta en la línea de meta con un crono de 8:25.26 minutos y sólo logró rebasar a la koreana. Aunque no estará en las semifinales de esta dura prueba, se lleva el aplauso y el respeto de todos los cubanos que amamos el deporte.

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