En cuatro oportunidades anteriores, la Mayor de las Antillas había tomado parte en unos Juegos Olímpicos, en el deporte de tenis de mesa. En Tokio 2020 los representantes cubanos del tenis de mesa estuvieron presentes en el estreno olímpico de ese deporte, en la modalidad de doble mixto.

La pareja antillana, formada por Daniela Fonseca, lugar 290 del ranking entre las damas con 591 unidades; y Jorge Campos, situado en el sitio 275 entre los varones y 1485 dígitos, no aparecen en el ranking mundial del doble mixto de la Federación Internacional de Tenis de Mesa.

Por el contrario, sus rivales de turno, los alemanes Patrick Franzisca, y Solja Petrissa, se encuentran situados en el octavo escalón del mixto, con 843 dígitos. En el plano individual, Petrissa está en el sitio 16 entre las mujeres, con 5483 unidades, mientras su compañero de fórmula, Patrick Franzisca, con 5822 puntos, se encuentra en el escalafón 16 entre los hombres.

De ahí, que no fuese de extrañar que la dupla cubana no avanzara a la siguiente fase de competencia. Sin embargo, es justo destacar la juventud de Daniela, quien estaba cumpliendo 19 años, y ya sabe lo que es participar en una competencia olímpica, y el coraje desplegado por la pareja cubana, al enfrentarse, en su primera salida, a una dupla que es muy superior a ellos.

Si bien los criollos cedieron 4-0, lo cierto es que se les vio con fuerza en su accionar, aunque necesitados de más fogueo. La muestra de lo anterior está en que en el primer juego, cayeron 11-5; en el segundo, mejoraron su accionar y llegaron incluso a empatar a siete, pero a partir de ese momento, quedaron estancados, y cedieron 11-7.

En el tercer juego, lograron llegar a ocho unidades, para finalmente ceder 11-8, y en el cuarto y definitivo, si bien cayeron 11-7, en un inicio tomaron la delantera 2-1, y después empataron en dos oportunidades, primero a cuatro y después a seis.

Recordemos que en el caso de Cuba, la primera participación en el tenis de mesa olímpico fue en Barcelona 1992, después de lo cual se debió esperar hasta Sydney 2000 para reaparecer en el contexto olímpico. Le siguió una espera de 12 años, antes que por fin, en la cita de Londres 2012, los tenistas de mesa de Cuba volvieran a la lucha olímpica, gracias a Andy Pereira.

Cuatro años más tarde, en la cita de Río de Janeiro 2016 fue Jorge Moisés Campos el representante cubano de este deporte. Agregar que, en el caso de las muchachas, el regreso a estas lides lo lograron tras 21 años de ausencia, algo que esperamos, no vuelva a suceder.

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