A Héctor Marino, especialista en Medicina General Integral, dedicado desde hace años a la Medicina deportiva, lo conocí recientemente en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados. Sus funciones, en esta oportunidad, nada tenían que ver con la atención a deportistas, pues la EIDE habanera se encuentra prestando servicios como Centro para Positivos Antígenos, y Centro para positivos Bajo Riesgo, lo que representa un cambio radical en el quehacer de Marino.

Héctor Marino, especialista en Medicina General Integral. Foto: Oscar Alvarez Delgado

En la conversación sostenida con él, justo el día previo a terminar su permanencia de 14 días en la EIDE, nos refirió que la labor ha sido agotadora, entre otras cosas, por el cúmulo de trabajo, no contar en esos momentos con todo el personal requerido, y por el hecho de que los trabajadores de Medicina deportiva, normalmente atienden a pacientes sanos.

Tener ahora que atender a pacientes enfermos, representó un reto para Héctor Marino, sobre todo por la cantidad de años que no se dedicaba a atenderlos. Ello fue una especie de recapitulación de los conocimientos adquiridos durante los estudios, pues como él dice: “nosotros atendemos a pacientes sanos, y nos dedicamos, fundamentalmente, a la parte de la investigación fisioanatómica, de fisiología, anatomía, bioquímica, para ver cómo podemos mejorar el rendimiento del atleta”.

Igualmente conversamos con Yaneisy Acosta Ávila, especialista en Seguridad y Salud del Trabajo de la EIDE, quien comenta que de por sí el trabajo que desempeña, sin pandemia, es de muchísima responsabilidad, pero que en estas circunstancias, es el doble, porque tienen el compromiso de “optimizar las medidas de seguridad y salud en la escuela, y además, ayudar y aportar nuestra inteligencia y fuerza a todas estas personas que desafortunadamente están enfermas”.

Yaneisy Acosta Ávila, especialista en Seguridad y Salud del Trabajo de la EIDE Mártires de Barbados. Foto: Oscar Alvarez Delgado

Acosta Ávila manifiesta que ha experimentado un cambio muy fuerte, dejar de laborar con atletas, “que están sanos, que tienen todas sus energías, a trabajar con personas que están enfermas. Además de constituir un gran riesgo. Nuestros profesores que están trabajando directamente, día a día, con estos enfermos, aislándolos, tienen un riesgo mucho mayor.

“Para la familia ha sido difícil saber que estamos en esta misión. Ellos se ponen tensos, saben que estamos arriesgándonos a diario, pero también saben que es un paso que hay que dar, que necesita nuestra Revolución, y que por ello lo asumimos”. Podemos decir que el trabajo de Héctor y Yaneisy, como el del resto del personal que a diario enfrenta la COVID-19, constituye una muestra de entrega total a favor de la vida.

Ver además:

EIDE, presente y futuro

Mirada deportiva (I)