Gracias a la colaboración de una vecina y profesora universitaria, llegó a mis manos la edición digital del Anuario del Deporte Cubano, una verdadera joya para cualquier periodista deportivo, o amante de los deportes en Cuba. Entre los múltiples acontecimientos que allí se narran, se encuentra la participación de Fidel Castro Ruz, en una competencia de 800 metros planos, cuando apenas contaba con 18 años.
Mucho se ha hablado de Fidel como atleta, sobre todo en deportes como el voleibol, baloncesto, ajedrez y pelota, sin embargo, su participación en carreras de medio fondo, es poco conocida. En el Anuario del Deporte Cubano, se deja claro que Fidel tomó parte, el 2 de mayo de 1945, cuando tenía solo 18 años de edad, en la “competencia intercolegial de los 800 metros planos, categoría novicios (hasta 19 años), del calendario nacional competitivo auspiciado por la Organización Deportiva de Amateurs de Cuba (ODAC).
El alumno del colegio de Belén, Fidel Castro Ruz, representando a Santiago de Cuba, rompe el estambre a los 2:20,2 minutos y ocupa el primer lugar en el estadio de la Universidad de La Habana (UH), delante de los corredores capitalinos Luis Castañeda y Juan Méndez. Con ese resultado clasifica en el séptimo lugar del ranking nacional correspondiente a ese año”.
Si bien esa marca pudiera parecer, en la actualidad, un tiempo sumamente discreto, por no decir lento, para corredores de 800 metros planos, lo cierto es que en su época, constituyó un buen tiempo entre los andarines cubanos. Si no lo cree, cómo le llamaría entonces a tener la séptima mejor marca del ranking nacional de ese año.
A lo anterior se suma el hecho de que los 800 metros son una carrera muy táctica, en la cual se unen, tanto la resistencia, como la velocidad y la inteligencia, para poder alcanzar lo más alto del podio. Lograr estar, entre las 10 mejores marcas del país en el año (séptimo en su caso), con tan solo 18 años, constituye todo un desafío, máxime cuando la velocidad en la resistencia no es algo que se gane de la noche a la mañana.
Conocer un poco más de la historia del deporte en Cuba, nos permitirá, sin dudas, adentrarnos en nuestras raíces, en la formación de nuestra idiosincrasia, y de nuestro carácter. De ahí, que esta no sea una propuesta aislada, sino un primer vistazo a la historia deportiva de la Isla, o lo que sería igual, a una parte importante de la formación de nuestra identidad.
Ver además: