Este jueves 22 de abril cumple un año más de vida el legendario Javier Méndez, otrora jardinero central de los equipos capitalinos que dejó una impronta en los terrenos de juegos por su bate caliente y su manera peculiar de atrapar pelotas para estremecer los graderíos de los estadios, en especial los del Coloso del Cerro, cuartel general de los azules y meca del béisbol en la Isla.
Quiso el destino que el niño Javier se lesionara en una práctica de fútbol para que se alejara de ese deporte y entrara por primera vez a un terreno para hacer historia en la pelota cubana. Durante 22 temporadas este felino de raza, caballeroso y disciplinado al extremo casi como un “lord” inglés, se transformó cuando el juez principal dio la voz de “play ball” para castigar a los lanzadores contrarios, gracias a su depurada técnica de bateo, mientras hacía de la pradera central un territorio infranqueable y hostil para sus adversarios.
Cuatro veces se coronó campeón en nuestros clásicos nacionales y durante su carrera acaparó varias veces lideratos individuales, entre ellos el de bateo en una Copa Revolución con un impresionante promedio ofensivo de 462, récord que se mantuvo vigente por espacio de ocho años.
De por vida conectó 2 110 imparables con 381 dobletes y 191 bambinazos, remolcó 1 174 carreras, y terminó con un average de 327 y un slugging de 488, lo que lo convierte en uno de los jugadores más ofensivos dentro de la vasta historia de nuestro pasatiempo nacional.
No obstante tener una carrera, muchas veces marcada por las lesiones y no contar con la bendición de algunos técnicos y directivos de la época, este zurdo de oro integró las filas del equipo nacional en varias oportunidades, entre ellas la que alcanzó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
Sin dudas Javier fue uno de esos peloteros que arrastran multitudes, un ídolo respetado por los aficionados que posee el raro récord de no haber sido abucheado jamás en su estadio, a pesar de cometer algún error en un momento clave de un desafío importante o dejar frío en la almohadilla a la posible carrera del empate.
Se retiró como un grande cuando aún su madero hervía y nos privó, gracias a Dios, de ver esa imagen de decadencia que proyectan inevitablemente algunos de nuestros héroes cuando son sacudidos por el tiempo.
En su última temporada, este capitalino de la llamada “mano equivocada” sacó 19 pelotas más allá de los límites del terreno y trajo a casa a 92 compañeros, todo un récord nacional por aquel entonces, para decir adiós al deporte activo en medio de vítores y ovaciones interminables.
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Sin dudas uno de los mejores jardineros centrales de nuestras series nacionales gran impulsador de carreras, orgullo de la Habana y de Cuba
Muchos no recuerdan que en 1986 cuando Agustín Marquetti le conecto Jonron a Rogelio García y dejó tendidos a los Vegueros fue gracias a que Javier Méndez le había dado hit a Rogelio que había sacado outs a Vargas y después a Medina
Excelente pelotero, la vida deportivs impone por edad y otras acciones las jubilaciones pero en el equipo Industriales esto se ha sentido muchísimo y Javier Méndez fue uno de los mejores peloteros de este equipo y de Cuba. Muchas Felicidades por todo lo que aportartes en ambos equipos. Respetuosamente, GGCaso