Temprano en la mañana le dedica varias horas al gimnasio, luego golpea pelotas en una jaula, y en la tarde hace crossfit (sistema de entrenamiento de fuerza basado en ejercicios variados de alta intensidad). Desde que a los siete años de edad su abuela lo llevó al terreno de béisbol Ciro Frías de Arroyo Naranjo, para que aprendiera los fundamentos de este deporte; ha sido un jugador que le da mucho valor al entrenamiento.
Su paso por las categorías infantiles fue silencioso mientras su padre Iván vestía la franela de los equipos habaneros y se adueñaba del liderato de los cuadrangulares en la campaña del año 2000 con el regreso del bate de madera a los campeonatos domésticos.
Pocos imaginaron que dos décadas después ese joven delgado conformaría la segunda dupla padre-hijo que lograría conectar más de 100 bambinazos en Series Nacionales y él implantaría un récord de cuadrangulares para un capitalino al sacar 28 pelotas más allá de los límites de los estadios.
«Desde niño veía a esos grandes bateadores jugando en la Serie Nacional y mi meta era ser algún día como ellos. Siento mucha alegría al lograr ser el capitalino que más jonrones ha conectado en una serie, es un sueño hecho realidad», confiesa Lisbán Correa a Tribuna de la Habana. «Un jonronero nace con la fuerza para darle a la pelota pero con los entrenamientos se va cogiendo la técnica para poder hacerlo. Yo siempre salgo a pegarle duro a la bola, no busco los cuadrangulares, ellos salen solos», agrega el toletero.
Con solo 19 años, Correa jugó su primer campeonato nacional con el uniforme de los extintos Metropolitanos y después de 10 temporadas, con una frecuencia de jonrones de uno cada 25.68 veces al bate, decidió emigrar a otras tierras para probar fortuna en ligas profesionales.
El salto cualitativo de este slugger llegó con su regreso en 2019, y desde entonces ha mantenido una frecuencia impresionante de un estacazo de vuelta completa cada 10.08 comparecencias oficiales al plato (37 en 373), la mejor en estos dos años entre todos los peloteros que juegan en Cuba.
«Los entrenamientos en República Dominica son totalmente diferentes a los que se hacen aquí», se limita a decir quien a sus 34 años se ha convertido en el alma del equipo Industriales.
En esta temporada Correa promedió para 320 de average ofensivo y además del liderato de cuadrangulares, se apoderó del de carreras impulsadas (82), el de bases alcanzadas por hit (2.16), y el de slugging (692), y fue el segundo en veces que impulsa el empate o la ventaja (22) y en OPS (1.149).
Todo este rendimiento lo ha transformado en un verdadero líder dentro del conjunto, aunque él confiesa que esto viene dado por su propia personalidad, al estar siempre ayudando a los más jóvenes. «Ellos se apegan a mí porque siempre estoy ayudando, corrigiendo los errores. Me he convertido en una especie de entrenador y ellos me siguen», declara.
A pesar de esa tremenda temporada que firmó, nunca fue seleccionado como el Jugador Más Valioso en ninguna de las semanas en competencia, algo que a los aficionados de la capital les cuesta trabajo entender, aunque es ahora mismo uno de los candidatos más fuertes a llevarse el galardón del más valioso de la campaña. «Creo haber hecho méritos para eso, pero la verdad me sorprendería si lo gano. Al parecer nunca acumulé votos suficientes en la votación semanal cuando fui nominado, y ahora eso depende de los directivos de la Comisión Nacional, pero me sorprendería si me lo dan», dice.
El “Billy” o “Hulk” son sobrenombres con los que sus fieles de la capital lo conocen en las redes sociales y muchos se preguntan de dónde salieron, Correa explica: «Andro, el administrador de la página “Los azules de la capital”, me los puso cuando vio el cambio de mi físico por unos videos que le mandaba en la etapa que teníamos que entrenar en casa por la llegada de la COVID-19 al país. A los aficionados les gustó y se han quedado».
El slugger confiesa que este año había un contrato en la mesa de negociaciones, el cual no se concretó por algunos contratiempos, pero ahora su mirada está puesta en la selección de refuerzos y en el equipo nacional. «Yo sigo entrenando fuerte para lo que venga. Me apasiona jugar béisbol y aunque hubiese querido que mis Industriales pasaran a la siguiente fase, si algún equipo me elige voy a entregarme de la misma manera.
«He tenido un año muy bueno, y por mi rendimiento me gustaría ganarme el derecho a integrar el equipo Cuba, un sueño de todo pelotero», nos asegura. «La derrota de Industriales fue un momento bastante triste. Nos habíamos comprometido a darlo todo en el terreno y llevarnos la victoria, y al no suceder, eso conmovió mucho al equipo y la realidad es que se tomó con mucha tristeza por todos. Las cosas no salieron en ese último partido como hubiéramos querido y ahora solo nos queda prepararnos bien para cuando comience la próxima temporada», dice antes de finalizar la conversación.
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Comentario...La derrota fue un duro golpe no solo para el equipo si no para todos sus fanáticos,aquí les escribe un villaclareño con un corazon mas azul que el cielo,esperaremos el proximo año,pero los fanaticos no estamos adaptados a ver perder a los azules por errores mentales,suerte a Lisvan y felicidades por sus logros personales,ojala alcanze todas sus metas,en cuanto al equipo,le falto la garra,si decimos q esto esta bien no se resuelve el problema y el picheo no es lo bien q estubo sino lo mal de los bateadores grammenses,los primeros 15 lanzamientos de P.Hernandez fueron recta afuera eso no se ve ni en la liga del barrio,sera otra vez . hasta entonces Industriales Campeon
Buenas. Estimo que Industriales no fue derrotado, ni perdió. El equipo realizò una verdadera hazaña en toda la campaña, cuando muchos de sus principales jugadores fueron azotados por lasclesiones, las enfermedades y la Covid. Carmona dirigiò el equipo como buen maestro ajedrecista las piezas del tablero. Mis felicitaciones a Industriales. Aclaro. Soy camagueyano de pura sepa. Y mi equipo son Los Toros. Saludos desde Ucrania. Siempre sigo La Pelota Cubana.