Un día antes de comenzar el desafío definitorio de cuartos de finales contra los Alazanes de Granma, la dirección del equipo Industriales le comunicó al diestro, Pavel Hernández, que se preparara mentalmente para cumplir la función de relevista si era preciso.

El espigado diestro, de 24 años y natural de Ciego de Ávila, había tenido una temporada consagratoria luego de cuatro Series Nacionales sin resultados relevantes. Apenas había lanzado en 27 partidos, con un alto promedio de carreras limpias permitidas de 6,23, y un hándicap negativo de boletos concedidos de 9,49 por juego completo de nueve entradas que elevaba su Whip hasta los 2,10.

Sin embargo, el salto que dio en esta campaña fue cualitativo al terminar con balance de 6-6. con un PCL de 4,72, 42 bases por bolas en 80 entradas lanzadas, y 76 ponches propinados, entre los primeros de todo el campeonato en ese departamento.

"Mi ascenso aunque lento siempre ha sido constante. Es algo que se debe al trabajo de años y mucho entrenamiento. Cada día salgo a superarme a mí mismo, eso sumado a una directiva que creyó en mí y que me brindó oportunidades de demostrar lo que era capaz de hacer, dio el fruto", declara a Tribuna de la Habana.

"Yo tenía mucha fe en el equipo y la disposición para salir a apoyar el trabajo. Siempre estuve preparado porque sabía que me podía tocar. Me sentía en óptimas condiciones", añade.

En medio de las buenas energías que desprendía el equipo, el muchacho que en su momento fue miembro del listado de 34 peloteros que la Federación Cubana de Béisbol liberó para poder firmar contrato con las Grandes Ligas, antes que se bloqueara el acuerdo entre ambos países, se fue a dormir ese día imaginando historias en el terreno de juego.

"Me sentí muy contento, siempre he esperado esas oportunidades y ahora podían llegar. Lo más importante para mí era poder ayudar al equipo", confiesa.

Pavel fue un lanzador abridor durante toda la campaña pero todos saben que en un desafío donde se pone en juego la permanencia de un equipo en la competencia, se suben a la lomita las mejores armas disponibles y él era quizás la opción más loable que tenía el mentor Guillermo Carmona, si el abridor fallaba temprano.

"Relevar es diferente, la mente se torna más agresiva, se trabaja con mayor intensidad y no puedes guardar nada para después", señala el número 26 de los Azules.

Así, Hernández se encaramó en el box en el mismo primer capítulo cuando el serpentinero designado para abrir el duelo (Maikel Taylor) boleó a sus dos primeros rivales y se fue a la cueva de los leones. Aunque permitió un sencillo que igualó las acciones, liquidó la entrada recetando dos ponches, uno de ellos al toletero Alfredo Despaigne, a quién volvería a dominar por esa vía tres episodios después.

Con una buena velocidad y control en sus envíos se mantuvo durante seis entradas y un tercio conteniendo el empuje de los caballos orientales, un equipo con una poderosa tanda ofensiva que había logrado 48 victorias en 75 encuentros, en la etapa clasificatoria y salía con el cartel de favorito. Apenas una carrera aceptada, con cinco ponches e igual número de indiscutibles, toleró el muchacho en todo ese trayecto, en un relevo de alto rango que no contó con el apoyo ofensivo de su tropa.

"Yo salí con un plan ya elaborado, Los lanzadores hablamos en las reuniones, conversamos con los jugadores y con la gente que ha visto más béisbol. Me gusta escuchar mucho. En el box voy analizando lo que va sucediendo y actúo en consecuencia", precisa.

"La estrategia de pitcheo se habla diariamente entre los lanzadores y los entrenadores y se va rediseñando entrada por entrada. Pero ya en el partido a veces uno se va de eso. Nuestra dirección nos ha dado confianza para conducir el juego entre el lanzador y el receptor, pero siempre tomando como base sus indicaciones", acota.

Al final, los Alazanes se llevaron el partido con cerrado marcador de 2-1, Pavel cargó con la derrota a pesar de su excelente labor monticular y los Industriales se despidieron de la temporada en medio de las frustraciones de sus parciales.

"Antes del juego siempre ví a nuestro equipo ganador, la mente siempre estuvo positiva. Sabía que el partido era difícil, pero todo el tiempo tuve una visión victoriosa. Las palmas para el rival que jugó mejor, a la familia y la afición que siempre nos apoyó. De cierta forma, estoy orgulloso por la entrega del equipo pero insatisfecho por no lograr los resultados esperados", dice con una tristeza que no puede disimular.

Después de este resultado, las redes sociales se llenaron de todo tipo de comentarios. La fanaticada de ambas escuadras desbordaron sus pasiones, como tantas veces a lo largo de la contienda, y no siempre de las mejores maneras. Pavel tiene su opinión al respecto:

"Me gusta mucho las redes sociales, veo mucho contenido, algunos positivos y otros negativos, pero creo que la gente es libre de expresarse. Si la crítica es hacia mí trato de captar lo positivo, pero me molesto más cuando es hacia alguno de mis compañeros porque muchas veces las personas desde afuera asumen cosas que no son"

Luego de la eliminación de los capitalinos, este consagrado serpentinero se mantiene entrenando. La posibilidad de elegir a cuatro refuerzos por equipo en la etapa semifinal no le permite descansar en estos momentos, después de una larga temporada.

"Si recibo una oportunidad, como refuerzo de otro equipo, tengo que estar listo. Puedo asegurarte que lo haré con la misma entrega y tendré los mismos deseos de hacer bien el trabajo", asegura.

Mientras tanto, confiesa que no quiere ser solo ese muchacho que lanzó algunos buenos partidos en una Serie Nacional. Sus metas son representar algún día a su país y ganar títulos, y desarrollar su béisbol y sus habilidades al máximo nivel, algo de lo que sin dudas está hoy un paso más cerca, según sus propias palabras.

"Les agradezco mucho el apoyo a todos esos seres que han soñado en azul y el seguimiento que se le ha dado al equipo en estos momentos tan difíciles, en especial al profesor Andrés Ayón que sufrió una enfermedad y sé que estuvo mirando los partidos desde su casa. El próximo año vendremos más fuertes y mejor preparados para lograr lo que todos deseamos", dijo al despedirse de nuestra conversación.

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