Muchos aficionados y amigos me piden que la emprenda contra los Industriales, que busque las causas de este declive y arremeta contra los peloteros y su cuerpo de dirección.

Me escriben desde su frustración pidiendo que rueden las cabezas por el césped del estadio con acusaciones de apatía generalizada y otros demonios.

La mayoría no ha pasado más allá de jugar pelota en un placer de barrio y en medio de sus pasiones azules olvidan o desconocen las características de un deporte colectivo tan complejo como este y los problemas que ha tenido que enfrentar el béisbol en la capital en los últimos años.

Muchos no se han preguntado por qué esta provincia solo tenía un jugador en el equipo de las Futuras Estrellas, cómo es posible que se mantenga siendo un equipo contendiente cuando decenas de sus mejores talentos han emigrado a otras tierras y muchos de los jóvenes que ahora llevan las letras góticas en el pecho están quemando etapas.

Es fácil para el fanático señalar con un dedo a esos atletas que todos los días salen al terreno con los bolsillos vacíos y mil problemas en su cabeza, a esos que tienen que jugar bajo un sol abrasador en medio de las dificultades propias del cubano de a pie para tratar de llevar un espectáculo digno a las casas de todos nosotros.

"Industriales no es un equipo invencible, de lo contrario no estaríamos diez años esperando por un campeonato", me confesó el mentor Guillermo Carmona.

Lanzador de Industriales, Eddy Abel García Foto: Boris Luis Cabrera

Los fieles no se resignan a aceptar que ese Industriales que tanta gloria les dió en el pasado, ya no existe. Son muchos los factores que han influido para que eso ocurra. Lo que tenemos ahora es un equipo como otro cualquiera, que es capaz de ganar y perder como una más, y para colmo de males minado por lesiones, especie de cáncer que inevitablemente hace metástasis en los cerebros de los que quedan en pie.

En este caso la crítica no tiene sentido, vale más el apoyo y la comprensión de todos los elementos que han incidido en que los Leones de hoy carezcan de las herramientas necesarias para ser considerados favoritos y superior a la mayoría de sus rivales.

De nada vale pisotearlos después de rachas perdedoras, blasfemar a los cuatro vientos, y encender hogueras para quemar herejes. Vamos a apoyarlos y disfrutar de este maravilloso deporte aunque tengamos que dar golpes sobre la mesa y morir de añoranza por épocas pasadas, de vez en cuando.

Ahora mismo Industrales está en crisis, pero como dijo el gran Albert Einstein: "Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia"

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