La Real Academia de la lengua Españo- la ha aclarado que, aunque agua es un sustantivo femenino, se utiliza con el artículo masculino el debido a su historia fonética. En latín, la palabra aqua (agua) tenía una forma similar, pero comenzaba con una a tónica, que provocaba la elisión de la a inicial del artículo definido. Esto llevó a la fusión de aqua y el en el agua, manteniendo la sonoridad y evitando la cacofonía que habría resultado de decir la agua.

Esta peculiaridad no es exclusiva de agua. Ejemplos de otras palabras en las que el género gramatical y el sexo del objeto referido no concuerdan de manera evidente: El alma (femenino): aunque alma es de género femenino, se emplea el artículo masculino el debido a su inicio con una vocal acentuada. El hambre (femenino): la misma regla se aplica a hambre, un sustantivo femenino que utiliza el artículo masculino el debido a la fonética histórica. El águila (femenino): aunque águila es un sustantivo femenino, sigue el patrón de emplear el artículo masculino por razones fonéticas. El álgebra (femenino): al igual que en los casos anteriores, álgebra es un sustantivo femenino que toma el artículo masculino debido a su vocal acentuada inicial. El aula (femenino): aula es otro ejemplo de un sustantivo femenino que utiliza el artículo masculino el por su acentuación inicial.

Es importante destacar que estas excepciones gramaticales son una muestra de la riqueza y la complejidad del es pañol como lengua viva. A lo largo de los siglos, el español ha evolucionado, absorbiendo influencias lingüísticas y culturales que han contribuido a estas particularidades gramaticales.

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