La Real Academia Española (RAE) responde: si agua es femenino, ¿por qué se dice el agua?
El español es un lenguaje romance que evolucionó a partir del latín, y muchas de sus características actuales se derivan de esta ancestral raíz. La RAE, como custodio de la lengua española, juega un papel crucial en aclarar estas dudas y proporcionar pautas para un uso correcto y coherente del idioma. Uno de los elementos más distintivos es el género gramatical, que categoriza los sustantivos en masculinos y femeninos. Sin embargo, no siempre existe una relación lógica entre el género gramatical y el sexo del objeto referido.
La RAE ha aclarado que, aunque agua es un sustantivo femenino, se utiliza con el artículo masculino el debido a su historia fonética. En latín, la palabra aqua (agua) tenía una forma similar, pero comenzaba con una a tónica, que provocaba la elisión de la a inicial del artículo definido. Esto llevó a la fusión de aqua y el en el agua, manteniendo la sonoridad y evitando la cacofonía que habría resultado de decir la agua.
Esta peculiaridad no es exclusiva de agua. A continuación, presentamos cinco ejemplos de otras palabras en las que el género gramatical y el sexo del objeto referido no concuerdan de manera evidente: el alma, el hambre, el águila, el álgebra, el aula.
Es importante destacar que estas excepciones gramaticales son una muestra de la riqueza y la complejidad del español como lengua viva.
Ver además:
Esas peculariedades enunciadas con el género masculino, tambìén se manifiestan con el femenino. Ejemplo: la mar.