Desde hace algún tiempo ya, extrañamos en nuestra televisión los espacios humorísticos; entonces llega el verano con nuevas propuestas causando una vez más polémicas en las redes sociales. Pongamos sobre la mesa algunos criterios, si se trata de Al habla con los muertos. En sus primeros capítulos nos muestra una trama dibujada desde el absurdo y lo teatral. Se vale de recursos teatrales y rasgos de humor negro para sacar la sonrisa en estos tiempos marcados por una compleja situación epidemiológica.
Precisamente, acá entra el razonamiento de algunos que piensan en el arte como una respuesta directa a cada circunstancia imperante. Y quizá también es el deseo de sus creadores burlar a la muerte usándola como objeto de comedia. La cuestión radica, tal vez, en separar el producto artístico de una idea general y abstracta. No obstante, considero que resulta menester de los creadores dialogar con el público desde puntos críticos usando la risa o lágrima para superar los momentos difíciles.
Personalmente, no es mi tipo de comedia. Incluso cuando prefiero el chiste que aporte una realidad enrarecida y fugaz, aún no saca todas sus potencialidades. Por otro lado, llega otro humorístico: La hora de Noelia Bermellón, protagonizado por el personaje que popularizó la joven actriz Andrea Doimeadiós. A mi criterio un golpe de agua fresca en el rostro pues nos regala, desde la incoherencia de la estelar presentadora, un escape de la cotidianidad y su estricta lógica.

Con un guion que roza la exquisitez y actuaciones protagónicas completas, confieso haberme quedado “preso” del sillón frente al televisor. Si bien pienso que en sus estilos y diferencias cada programa aporta una nueva visión a nuestra carente parrilla humorística dentro de la pantalla chica, también creo necesario continuar este camino en la búsqueda de nuevas propuestas de espacios humorísticos sobre la base de fórmulas diversas y cercanas sin llegar a la vulgaridad y el chiste fácil.
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No he visto Al Habla con los muertos pero ví el de Noelia Bermellón. A excepción de algunos momentos logrados por algunos artistas invitados, realmente el performance de la protagonista Andrea D. me pareció demasiado sobre actuado. No siempre el hijo del gato caza ratón.
Las lágrimas se sacan más fáciles q la sonrisa. Hacer reír es un asunto muy serio, tan serio q los melodramas abundan pero los programas humorísticos en Cuba brillan por su ausencia. Vivir del Cuento se ha mantenido con sus altibajos y también el antiguo "pateando la lata" ( q no sé porque le cambiaron el nombre). Pero un buen programa humorísticos parte en primer lugar de un buen guión, después de un buen casting y después de un buen director. Guionistas de programas humorísticos parece q no nos quedan mucho, actores humoristas ( no todos los actores dramáticos son buenos humoristas aunque han habido excepciones, me viene a la mente Miravalles) y directores q sepan trabajar el humor tampoco parece q haya muchos. Pero hay q buscar humoristas en la calle. Se hacen concursos de baile, de autores musicales, de intérpretes, de compositores, etc. pero las convocatorias para concursos de relatos y guiones humorísticos brillan por su ausencia. Si buscan en las redes sociales quizás los encuentren. Pero hay q estimularlos.
LA HORA CON NOELIA LO CONSIDERO ABURRIDO, FALTA DE CHISTE, PESADO. PARTICULARMENTE A MI ESE PERSONAJE NO ME GUSTA, NO VEO NADA DE GRACIA O RISA EN ELLA. REALMENTE NO LO VEO PORQUE NO ME APORTA NADA.
Ustedes parece tienen el humor en los pies o son de otro planeta o latitud pues la hora de Noelia no hace reír ni con cosquillas La ctitica en Cuba está sin brújula
Al habla con los muertos. Programa horrible y hasta de mal gusto. Dudo que a alguien Le saque una sonrisa. Que me disculpen los actores y el guionista y director por su tiempo empleado.