Las redes tenían que "sonar" este miércoles 28 de abril de 2021. La pequeña pantalla insular hizo Historia la noche previa, no solo por la poco frecuente circunstancia de mostrar a dos hombres proyectando afecto y deseo sexual desinhibidamente en un teledramatizado con sello nacional.
"Rompiendo el silencio", el arriesgado serial dirigido por Rolando Chiong y Legna Pérez Cruzata, volvió a marcar la diferencia.
Su capítulo diez, "Decisión", obró el milagro: una entrega signada por la sutileza en el retrato de las psicologías implicadas y los conflictos, al son de esa vocación de denuncia contra la violencia que resume el cometido del proyecto desde su arranque.
Nuevamente el espacio doméstico al centro de la mirada: un matrimonio en crisis, un hombre que descubre el sosiego dentro de una relación homoerótica con su compañero de trabajo, una mujer movida por el dolor y el resentimiento presta a convocar al hijo pequeño, al amante sustituto y al suegro para respaldar una campaña de linchamiento de reputación contra su cónyuge, el sabotaje a la cálida relación afectiva entre padre e hijo como arma de venganza...
La construcción de las masculinidades se coloca aquí en el ojo del huracán, asunto llevado y traído por las Ciencias Sociales en Cuba desde hace décadas, pero que no ha encontrado una expresión consecuente dentro de nuestros medios en los cuales el hombre permanece circunscrito, salvo escasas excepciones, al esquema de macho protector y proveedor, mujeriego, activo y victimario de preferencia dentro de cualquier dinámica familiar o social de dominación.
"Rompiendo el silencio" desmonta esta vez prejuicios, al incorporar teorías modernas que entienden esa supremacía "testosterónica" como camisa de fuerza. La misma que sumerge al "macho" en un universo baldío donde no se le permite manifestar emociones o distanciarse un milímetro de la llamada "heteronorma" y sus patrones de comportamiento tradicionalmente establecidos.
La inteligencia de los autores, no obstante, va mucho más allá de la simple sustitución o intercambio de roles entre opuestos, táctica al uso dentro las campañas más comunes y básicas de legitimación. Acá el protagonista lo mismo porta los signos de la virilidad imperturbable, recurre a la fuerza física para defender su honor, rinde culto al guante y a la pelota, que no se cohíbe de manifestar afecto a su hijo varón o a su colega del taller de mecánica, cuando la situación lo amerita.
La realidad y los seres humanos, se constata a la postre, son siempre más complejos que las categorizaciones: primer gran hallazgo del relato.
"Decisión" trasciende a su vez por un criterio de puesta que se aparta de modo radical de la también socorrida elipsis con que se resuelve usualmente la plasmación del amor y afecto homosexuales dentro del espacio fictivo.
En la creación de marras la sinceridad y mirada descarnada frente al sexo y el deseo entre hombres devienen directamente proporcionales a la voluntad por humanizar a los caracteres masculinos.
El resultado se deja ver en los comentarios favorables sobre este capítulo en muchos foros virtuales durante la presente jornada, con lo cual los directores dieron con otro dardo en la diana: la negación absoluta a subvalorar la inteligencia y sensibilidad de los espectadores.
A fin de cuentas las elipsis, eufemismos o los dobles discursos (pareciera ser la sentencia) lejos de proteger susceptibilidades no logran sino perpetuar la esencia de una exclusión, del silencio que hay que romper, dirían los libretistas.
Aún con algunas manquedades nimias como la necesidad de matización más rigurosa de los antagonistas de la anécdota, en especial la mujer, quizá por la falta de tiempo expositivo, Chiong y Pérez Cruzata vuelven a sonar un jonrón en su empeño por sabotear la indolencia frente a tantas injusticias y amplificar realidades que, no por solapadas, pierden su potencial para al doblar de la esquina sorprendernos con un izquierdazo en la cara. Mucho mejor estar alertas.
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Muy acertada la propuesta, hay muchos silencios que romper aún, vamos bien, aplausos merecidos para los realizadores y el elenco!!! Gracias
Gracias por comentar Roberto. Un resultado meritorio justo por el rigor en muchos elementos de la puesta en escena, tal como alude. La prueba de que con sensibilidad y buen gusto todos los mensajes y agendas pueden llegar a buen puerto. Un placer dialogar. Buena jornada.
Excelente propuesta televisiva y excelente crítica, felicidades al equipo de trabajo en general, espacios como estos deben ser muchos más en la TV, que nos permitan vernos y revisarnos constantemente para ser mejores como personas y ciudadanos, gracias!!!
Ivonne, gracias por sus criterios. Estamos de acuerdo. Este sería un primer paso en un camino largo de normalización de la presencia de estas realidades dentro del entorno mediático. La batalla se ganará el día en que su plasmación dentro de algún argumento, deje de ser noticia. Un gusto compartir ideas. Saludos.
Creo que no era necesario poner las escenas de caricias que sucedieron al beso. Ya se suponía el desenlace, por eso me parece que no hay que regodearse en escenas íntimas. No porque se trate de este caso, no me parece necesario ni en parejas heterosexuales tampoco, No soy moralista ni nada parecido pero creo que muchas veces es innecesario.
Saludos Ann. Su criterio como bien apunta abarca otros terrenos que sobrepasan la esencia del mensaje central de la serie. La necesidad artística o dramatúrgica de las escenas íntimas dentro de un relato pasan por el prisma, sino moral, al menos subjetivo de quién evalúa. Por tanto puede generar opiniones encontradas. Discrepo con su criterio al respecto, aunque lo respeto. Me parece que esas escenas argumentan en este caso la calidad y humanidad de una relación que necesita legitimarse frente al espectador, además de hablar del sosiego emotivo de un personaje violentado física y psicológicamente en su relación "oficial". Por ello esas tomas ilustran su recorrido emocional y su viaje como personaje en otra de las facetas que componen la experiencia humana, como lo es la sexualidad. La elipsis siempre ha operado como forma de censura o silenciamiento velado sobre estos asuntos y son rémoras que es preciso eliminar. Otro tema sería la explicitud de tales imágenes, también un asunto polémico, aunque aquí se construyeron de una forma tremendamente mesurada, a tono con una relación que más que estar movida por el deseo o la pasión, estaba sustentada en el amor y la identificación de los implicados. Feliz jornada.
Este capítulo visto por mi esposa y yo nos conmovió hasta los huesos, incluso llegamos a evaluar los mensajes que proyectó muy bien, cada diálogo y escena, increíble sensibilidad para tratar temas tan peliagudos, aunque yo esté en el bando opuesto, el respeto al semejante es lo que cuenta.
Gracias por comentar Oscar. Es justamente tal noción de respeto la que debemos argumentar bien en todos los espacios, pues cada quien lo asume de forma diferente. El respeto va más allá de la aceptación o la tolerancia. Se proyecta en la mirada sin alarmas ni prevenciones sobre nuestro opuesto, además del reconocimiento a su derecho a tener igualdad de garantías ciudadanas dentro de cualquier estructura social o política que habitemos. El reconocimiento en fin de su "normalidad", que pasa por la posibilidad de ser representados y visualizados en todos los espacios y desde todas las aristas, sin considerarlo una amenaza ni un estigma. Hay mucho camino que recorrer en la concreción de tales objetivos. Feliz jornada.
Pavel, a estas alturas fue que leí tus reflexiones sobre "DECISIÓN" y te agradecemos infinitamente. Un abrazo grande hermano.