Cuando Daysi Oramas cuenta su historia, comparte la de muchas otras mujeres operadas y sobrevivientes de cáncer de mama. Ella integra el proyecto Alas por la Vida, que reúne a otras que también pensaron que esa noticia era el fin.

“Es una enfermedad con la que se pude lidiar e incluso, vencer, que tiene cura si se detecta a tiempo y que no debemos huir al diagnóstico”, dijo.

A su juicio, cuando uno se enfrenta a un proceso operatorio, lo primero que debe pensarse es en salvar la vida y que “el cuerpo es un receptáculo, pero lo que vale es la mujer, en todo lo que la asiste, su espiritualidad, su inteligencia y su capacidad de enfrentarse a la vida”. 

Foto: Captura de pantalla

Daysi considera fundamental que se retome la autoestima desde el punto de vista de la conciencia del cuerpo, pues “las mujeres no somos un seno ni un cama y lo principal es que podamos gozar de una sexualidad normal”, con la solidaridad de la pareja y el apoyo de quienes las rodean.

Otra es la historia de la doctora Naomi Castillo, médica oftalmóloga y mujer transgénero de La Habana.  “Las decisiones sobe mi cuerpo y mi sexualidad la decidí cuando asumí que tenía una identidad de género transexual, que me di cuenta que ya no cabía en un cuerpo masculino, algo que no todas las mujeres transgénero lo tomamos en una edad y en un momento dado", dijo.

Según relató, esa transición está condicionada por numerosos factores: la familia, la sociedad y el reconocimiento de uno mismo y estar preparado para este cambio. “Mi recorrido ha sido largo y difícil, y ha estado condicionado por numerosos factores sociales, educacionales. Lograr la autonomía corporal de una mujer trans es bastante complicado por el bullying, la homofobia y la transfobia”, pero “nada de esto me detuvo en lograr mi sueño de ser lo que soy, una mujer transgénero”, destacó y mencionó el papel del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), en su empoderamiento y conocimientos, para no ser afectada por elementos externos, que la separaran del camino para alcanzar su objetivo.

Aunque las historias son diferentes, tienen elementos en común, las mujeres y sus cuerpos.

Los cuerpos y los derechos

En la presentación en Cuba del Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2021, con el título Mi cuerpo me pertenece, reclaman el derecho a la autonomía y autodeterminación. Grisell Rodríguez Gómez, oficial nacional de salud sexual y reproductiva del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en Cuba, destacó que por “primera vez, en un informe de Naciones Unidas se centra en la autonomía corporal y es un llamado a la acción para el mundo, para que nuestras comunidades y países solo puedan prosperar si las personas pueden decidir sobre su cuerpo y su futuro”.

A propósito de la presentación, se organizó el panel virtual nacional: La autonomía corporal de las mujeres como un derecho. Experiencias desde Cuba, que integró a especialistas y a mujeres diversas, quienes expusieron sus testimonios, que refrendan el ejercicio de su derecho a decidir sobre su cuerpo.

Razón de ser

Al explicar el contenido del documento, que consta de seis capítulos, Marisol Alfonso de Armas, representante auxiliar del UNFPA en Cuba, destacó que el poder que tiene una mujer para controlar su propio cuerpo está relacionado con el control que tiene en otros ámbitos de su vida y que la autonomía corporal sienta las bases para el disfrute de todos los otros derechos.

Igualmente, se refirió a las tres dimensiones de la autonomía, que permiten cuantificar el poder de decisión en materia de atención de la salud, anticoncepción y sexualidad y enfatizó que las desigualdades de género permiten que otros tomen las decisiones, y constituyen barreras para ese ejercicio de forma autónoma.

La autonomía depende de la igualdad de género, de la eliminación de las discriminaciones, desigualdades económicas y patrimoniales, entre otras. El poder de decidir sobre el propio cuerpo es esencial”, destacó Alfonso en su presentación.

Ejercer el derecho a la autonomía corporal, consideró, requiere cambios en las normas jurídicas, mayores oportunidades, libertad de elección refrendada en la práctica jurídica, servicios centrados en las personas y sus necesidades, acceso a información y educación, protección de los derechos de quienes luchan por ellos, cambio en la actitud de los hombres, inversión y medición con indicadores de avances.

Alfonso citó a la doctora Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, quien ha expresado: “La negación de la autonomía corporal es una violación de los derechos humanos fundamentales de las mujeres y las niñas, que refuerza las inequidades y perpetúa la violencia derivada de la discriminación por razón de género”.

Problemática multidimensional

En el panel, la psicóloga de la salud, profesora y master en Ciencias Nadina Peñalver Díaz, del Cenesex, abordó el tema  El poder de decidir sobre la sexualidad, a partir del trabajo de investigación, docencia y servicios del centro para contribuir a que cada persona decida autónoma y responsablemente sobre su sexualidad.

Por su parte, Karla Ayamey Núñez Puig, estudiante de 18 años y participante del Campamento Juventudes Ya –una experiencia de UNFPA que ha tenido tres ediciones-, compartió su testimonio acerca del uso de los anticonceptivos. Al respecto, indicó que desde la niñez, su mamá la ha orientado sobre el tema y su preferencia por el condón que la protege tanto de las enfermedades de transmisión sexual como de un embarazo precoz.

Sobre la planificación familiar y la anticoncepción como un derecho, disertó la doctora Mercedes Piloto, especialista del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), del Ministerio de Salud Pública y presidenta de la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia, quien destacó la prioridad que se le da a la planificación familiar, sobre todo en la infancia y la adolescencia, y las dificultades que ha presentado la disponibilidad de insumos debido a la pandemia y al bloqueo estadounidense, para lo cual se ha contado con apoyo en recursos y equipamiento por parte del UNFPA.

Según dijo, en este tiempo de pandemia, los servicios de Salud sexual y reproductiva y planificación familiar se consideraron esenciales y no pararon, por que pudieron ser atendidas más de un millón de personas. 

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La doctora en Ciencias Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), profundizó en el ámbito jurídico y los derechos sexuales y reproductivos, expuso acerca de los cambios legislativos previstos y la posibilidad de atender algunas problemáticas relacionadas con las mujeres y la defensa de sus derechos, mediante el cuerpo legal vigente.

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