Abril es para mí un mes especial. Era una niña cuando el ataque mercenario por Playa Girón. Primero recuerdo el preludio de la invasión con aquellos sabotajes entre los cuales me sobrecogían las quemas de cañaverales, en el horario nocturno, lo cual sembraba el pánico de los campesinos –por todo lo que significaba ver en la oscuridad aquellas llamaradas que, de algún modo, les “quemaba” el sustento y obligaba a un corte urgente, a consecuencia de esta acción terrorista. Más cuando se vive en distancia, unos de otros. De aquellos momentos de incertidumbre y amenazas latentes y reales, recuerdo –entonces-, que se escuchaba el ruido de carros pesados, en movimiento, y a mamá que decía: “Son las tropas de la División 50 (antigua provincia de Oriente) que aprovechan la oscuridad para moverse sin que los detecte y avisen al enemigo”.

Pero Girón aún, a tantos años tiene en mí una connotación especial: Caminaba por la orilla de la carretera y en sentido contrario avanzaba una caravana de camiones. Detuve la marcha para observar y escuché un grito: “Any, avísale a tu mamá que voy para la guerra”. Mi tío materno con su uniforme de miliciano. Aún tengo esa imagen o fotografía mental, en mis ojos…

Nadie se perdía un noticiero de la televisión, los vecinos se agrupaban en el único aparato con pantalla en todo aquel caserío; a través del cual tuve “la gran suerte” de ver a los mercenarios con las manos detrás de la nuca, derrotados. A Fidel sobre el emblemático tanque y el impacto de la triste noticia: “Luis Artemio Carbó Ricardo, capitán de la Policía Nacional Revolucionaria, fue alcanzado por una ráfaga que lo hace caer mortalmente herido… Tenía 23 años…”.

Nunca imaginé desde la altura de mis once años que un día conocerías a quien -como piloto- derribo dos aviones bombarderos B-26. Me refiero al general de división Enrique Carrera Rolás y al camarógrafo Héctor Ochoa quien cámara en manos dejó el testimonio fílmico de esa batalla. Reitero, los recuerdos marcan y, a tanto años, sigo preguntando: ¿Estarán todos los testimonios de quienes sintieron miedo, se empinaron, marcharon a Girón, combatieron, se mantuvieron alertas en los diferentes lugares de esta geografía? Pienso que aún deben quedar anécdotas de esta victoria que yo niña sentí colectiva.

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