Durante la primera parte de la entrevista con Alfredo Clemente Pedraza Landín, jefe del Departamento de Seguridad Acuática del Oeste de la capital y coordinador provincial (en funciones) de la Actividad de Seguridad Acuática, aseguraba que “más de tres millones de personas acuden a las playas habaneras durante el verano.

En el litoral que comprende el malecón no están autorizados los bañistas. Usted pasa y puede ver las señaléticas de prohibición, como apuntaba al principio de esta entrevista. Algunas personas comienzan a realizar travesías y como no existe servicio de seguridad acuática puede ocurrir un lamentable accidente.

El submarinismo de pesca, puede enfrentar situaciones complicadas por las corrientes marinas, la falta de visibilidad y la presencia de fragmentos de artes de pesca que pueden condicionar una situación de emergencia. Incluso, en las presas arriban personas que pescan en balsas de cámaras de automóviles, corchos y enfrentan barreras de la flora acuática que cubre una parte de la superficie.

“Cuando el pescador se lanza al agua queda atrapado por la vegetación, debe realizar acciones de evasión de la malangueta, por ejemplo, para regresar a la orilla. En obras hidráulicas también ocurren accidentes porque existen tuberías de gran diámetro y pueden ser succionados.

“En cuanto a la presencia de bancos de arena, un mito registrado en muchas anécdotas de accidentes en el litoral de Guanabo, por ejemplo, puede decir que aconsejamos a los bañistas que consulten los partes de meteorología o llamar al teléfono 7866 6060, para recibir esta información del Instituto de Meteorología (Ismet).

“Si observamos el follaje de las plantas en dirección al mar, es que el viento está del sur e impide el regreso del bañista a la orilla. Las mareas tienen sus horarios y es algo a tener en cuenta. Cuando baja, se produce el reflujo y aleja al nadador de la orilla. Estas playas tienen una característica de acuerdo con los vientos se puede advertir el relieve submarino. La corriente desplaza a las personas y algunos pierden el control y entran en pánico.

“La ola de traslación tiene una cresta, en su parte más elevada, que se combina con la resaca: ese movimiento envolvente que impide regresar al bañista. Sugerimos bañarse en la orilla y no alejarse. Usted está caminando sobre el banco de arena, la playa no es lineal, y se cae en la depresión, una zona más profunda, por las variaciones del relieve submarino.

“Nuestra advertencia está, especialmente dirigida, a los jóvenes, específicamente en la edad de la adolescencia, que pueden ser influidos por sus líderes de momento en el grupo donde están reunidos, para realizar aventuras en las cuales se toman como referencia un punto alejado de la costa, en un banco de arena.

“También en la orilla de las playas está lo que llamamos el escalón. Hemos visto niños afectados por un laringoespasmo y adolescentes utilizar snorquel, un aditamento para el cual –muchas veces– no están capacitados y pueden aspirar agua con una mezcla de arena y pueden hacer una broncoaspiración. Existen técnicas de nuestros salvavidas para proteger a los bañistas en las playas. En la próxima edición podemos hablar de estas cuestiones y de otras relacionadas con las descargas eléctricas”.

Ver además:

Cuidar del entorno costero y disfrutar el verano (I Parte)

Cuidar del entorno costero y disfrutar el verano (II Parte)