La juventud es la edad del crecimiento, y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y el ímpetu.

                                                                     José Martí

Cuando conversamos con  Alberto García Nodal, sentimos el orgullo de saber que es un joven comprometido con la justicia. Con solo 24 años, le fue asignada la alta responsabilidad de presidir el Tribunal Municipal Popular de Guanabacoa.

Bastan unos minutos de intercambio para comprender el por qué de la decisión de asignarle esta encomiable función. Sus respuestas reflejan su madurez, seriedad y humildad, aun cuando su mirada mantiene una expresión aniñada. 

Vinculado a la Sala 3ra. de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de La Habana desde el tercer año de la carrera de Licenciatura en Derecho y cursando un diplomado de administración de justicia, le fue asignada la tarea de dirección.

- ¿Cómo reaccionaste ante esta responsabilidad?

- En un principio fue algo inesperado. Tenía la idea de asumir la gran responsabilidad de usar la toga a mi corta edad, pero al conocer de la propuesta, por supuesto, llegaron las dudas, los temores, el aquello de dirigir a un colectivo de personas que podrían ser mis padres, e incluso, mis abuelos... Pero, inmediatamente acepté, porque creí que si se confiaba en la juventud, en mí, entonces no me podía negar. Me tocaba empinarme, coger el batón y emprender la carrera. Además de que con el vínculo que ya tenía con el tribunal, he ido desarrollando las habilidades que debe tener un juez tanto en el quehacer cotidiano desde la labor judicial, así como la actitud, el carácter, teniendo en cuenta la responsabilidad que emana del cargo.

Foto: Natacha Sánchez Hernández

- ¿Cómo has asumido la función de dirección?

- Los retos se asumen a base de sacrificios, ha sido un tiempo complicado y difícil. He tenido que sacrificar, muchas veces, el esparcimiento personal, las relaciones sociales, pero también he aprendido muchísimo y continúo aprendiendo al dirigir colectivo maravilloso y de mucha experiencia. Tengo secretarias que han laborado en el tribunal desde hace 9 y hasta 36 años. Se aprende mucho y considero que es un buen paso en mi carrera.

-¿Cómo te ha acogido el colectivo?

- Cuando alguien tan joven como yo, asume una tarea de esta magnitud, existe esceptismo. En mi caso, escucho mucho, desarrollo la comunicación, el diálogo sobre la base del respeto, la cordialidad. Me complace que los resultados hablen, es una meta, una intención, ir mejorando nuestros indicadores de calidad, aún cuando falta camino por recorrer.

- ¿Qué sientes al recibir el tribunal las banderas de Proeza Laboral y del Aniversario 60 de la FMC?

- Más comprometido, pues aunque he asumido el tribunal hace poco tiempo, considero que es el reconocimiento al resultado de todo un trabajo. Esto me pone la vara más alta, mantener y elevar los indicadores de calidad, continuar actuando con responsabilidad, tino, con probidad. Y por supuesto, cumplir ese mandato constitucional que nos ha dado la Carta Magna, de impartir justicia en nombre del pueblo. Es una tarea que todos asumimos con mucho orgullo y que es nuestro estandarte.

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