Este 20 de abril los miembros de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) volvieron a reencontrarse con su historia en un emotivo homenaje a los cuatro mártires de la organización, asesinados hace 64 años por los esbirros de la tiranía batistiana en el edificio situado en Humboldt 7 y Malecón.

Ese día, la delación de un traidor llevó a los sicarios del coronel Esteban Ventura al apartamento donde se encontraban refugiados Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado (Machadito) y Joe Westbrook, quienes habían participado, junto a sus compañeros del Directorio Revolucionario, en el asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj, el 13 de marzo de 1957.

Para honrar la memoria de esos cuatro valientes, los estudiantes de la Universidad de La Habana depositaron una ofrenda floral y guardaron un minuto de silencio, para dar paso a la alocución del Ideólogo Nacional de esa organización, Daniel Medina Fernández, quien resaltó el heroísmo de aquellos jóvenes que no sobrepasaban los 24 años cuando fueron vilmente ultimados.

El Ideólogo Nacional de la FEU, Daniel Medina Fernández, pronunció las palabras de tributo a los mártires de Humboldt 7. Foto: Eduardo Douglas Pedroso

El dirigente estudiantil rememoró los hechos de aquella tarde cuando la dictadura batistiana cometió uno de sus más ignominiosos crímenes y reafirmó la decisión de las nuevas generaciones de no olvidar su historia, porque ella es inspiración y guía en los combates actuales en defensa de la Revolucion y el proyecto socialista.

«No podemos ver distantes a estos jóvenes, escudo y bandera como tantos y tantos mártires de la Patria, en esta lucha que no cesará mientras exista el enemigo que quiere destruirnos; por eso gloria eterna a esos héroes y a todos los que entregaron su vida para tener una patria libre y digna como la soñó nuestro Héroe Nacional José Martí”, expresó.

Aquel 20 de abril de 1957 más de 60 esbirros fuertemente armados arribó al edificio de Humboldt 7 donde se refugiaban los jóvenes; Juan Pedro Carbó Serviá trató de huir por el elevador y fue ametrallado con saña, mientras Joe Westbrook saltó a un apartamento del primer piso, allí fue descubierto y asesinado a quemarropa.

Fructuoso y Machadito lograron correr hasta el final del pasillo y saltar por una ventana hacia un pasillo lateral; la caída de ocho metros provocó que el primero yaciera inconsciente, y el segundo quedara con ambos tobillos quebrados, incapaz de moverse. Ambos fueron ultimados con ráfagas de subfusil Thompson.

La barbarie continuó y los cuatro jóvenes fueron arrastrados por el pelo desde el lugar donde les asesinaron hasta la acera frente al edificio; los exhibieron por unos minutos y los lanzaron, más tarde, sobre un camión.

Foto: Eduardo Douglas Pedroso

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