Silvio Salgado Rodríguez, a pesar de su entonces corta edad no dudó nunca en decir presente para defender la Revolución.

Sobre lo ocurrido, relata: “El 17 por la noche nos dan la orden de partir hacia Girón y llegamos al amanecer del día 18 al Central Covadonga, a proteger la artillería terrestre y los obuses 122, con una batería de 37 milímetros, dos baterías mixtas, una de habaneros y otra de orientales.

“Todos eran jóvenes; uno de los de mayor edad era yo que tenía veinte años y era jefe de batería. A las tres de la tarde pasó el Comandante en Jefe y preguntó ‘¿Cuántos proyectiles les quedan?’ Nos quedan como mil, dijimos y nos respondió: ‘Empiécenlos a tirar que ahorita se rinden’. Y así mismo fue, ¡qué visión tenía!

Girón para mí significó prácticamente el bautismo de fuego, nos dio la oportunidad de defender la Patria y acabar con aquella crápula que venía, tenientes, terratenientes, asesinos. Y después de estos sesenta años estoy dispuesto a ir donde sea, inclusive después de Girón, cumplí misión en Argelia, Angola y Etiopía y estoy dispuesto a seguir defendiendo la Revolución”.

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