Como regla, los padres suelen defender a los hijos con uñas y dientes, ante el más insignificante de los peligros, al punto de dar gustosos la vida propia por la de sus descendientes, sin que les tiemble la mano.
Sin embargo, muchos de esos mismos que se batirían a capa y espada por proteger sus retoños, desestiman los peligros a los cuales se exponen los menores y jóvenes, cuyos padres y otros familiares adultos son adictos a los cigarrillos.
Precisamente por eso, la protección de niñas, niños y adolescentes frente a las amenazas que implica para su salud el uso de los nuevos productos y emergentes del tabaco y la nicotina, fue el tema escogido por Organización Mundial de la Salud (OMS) para celebrar hoy, a nivel planetario, el Día Mundial sin tabaco.
Sépase que los infantes sufren incluso los males de esa adicción mucho antes de haber nacido, en su condición de descendientes devenidos fumadores pasivos, con madres y padres fumadores o convivientes de otras personas cautivas de tal adicción.
Sepa usted que un pequeño o adolescente convertido en fumador a contracorriente llega a absorber entre el 29 y 30 por ciento del humo que expelen los consumidores directos.
Está probado: El tabaquismo es la principal causa prevenible de enfermedad, discapacidad y muerte prematura, y como consecuencia de ello, diariamente mueren aproximadamente 14 000 personas, por alguna de las enfermedades que le son atribuibles.
Y por si fuera poco, según reportes de la Revista Cubana de Medicina General Integral, constituye un factor de riesgo en seis de las ocho principales causas de mortalidad en el mundo, es la segunda causa principal de muerte y se estima que más de cinco millones de personas fallecen al año como consecuencia de su consumo.
En Cuba, según alertaba el ministro de Salud, Dr. José Ángel Portal Miranda en una intervención en el Parlamento (julio del 2022), “la prevalencia del consumo de tabaco entre los adolescentes de 10 a 15 años aumentó del 10.5% en 2010 al 12.7% en 2020”. Ello presupone que la iniciación temprana en esta adicción sigue siendo un desafío importante.
El informe de Portal Miranda también reveló que el 78% de los fumadores comenzaron a consumir tabaco antes de los 20 años, y la proporción de fumadores “pesados" (aquellos que consumen más de 20 cigarrillos al día) aumentó del 10% en 2010 al 11.4% en 2020.
Sin lugar a dudas, en materia de tabaquismo, la Isla vive una situación preocupante.
Para los fumadores les tengo una noticia buena y otra mala. La mejor es que el cigarro en sí no es malo, y la mala es que el peligro radica en las enfermedades en que puede derivar su consumo.
Hablamos de la posibilidad de contraer afecciones del olfato, el paladar, laringe, útero y un millón de etcéteras más, que se ven favorecidos por los tóxicos que emanan de las combustión de las hojas secas de esta planta, cuyo nombre científico es Nicotina Tabacum.
La nicotina origina cambios indeseados en muchos órganos y los sistemas circulatorio, nervioso y respiratorio; los alquitranes o hidrocarburos son agentes cancerígenos, y el monóxido de carbono, disminuye la cantidad de oxígeno en la sangre.
A los padres y mayores irresponsables que exponen a su hijos y otros menores, así como a los jóvenes que todavía no han consumido su primer cigarrillo, va dirigida la exhortación de que rechacen tentativas u ofertas, que tras el ropaje de las buenas intenciones y la posibilidad de otorgarle más personalidad y glamour, en verdad representan la mano que ha de tirarle con fuerza a un pozo profundo y oscuro, del que luego cuesta mucho trabajo salirse.
Por lo general, toda meta propuesta es alcanzable, pero probado está de sobra, que en ningún caso el cigarro no es el camino que conduce a ellas. A la vida le pueden dar color y sabor muchos placeres, el humo no es ninguno de ellos.
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