En el Día Internacional de la Infancia, fue entregado al Hospital Pediátrico Docente Borrás-Marfán, ubicado en La Habana, el Premio Mundial de Ciencia Eureka 2022, en la categoría de Buenas Prácticas, por su reconocida labor científica humanitaria y la destacada operación de proyectos sociales inclusivos y su modelo de detección temprana para atender trastornos del neurodesarrollo.

En ceremonia en el Borrás-Marfán, el doctor Orlando Terré Camacho, presidente de la Asociación Mundial de Educación Espacial, de la Organización para la Educación, Estimulación y el Desarrollo Infantil y de la Fundación Infanciar, puso en manos de quienes lo hicieron posible la distinción que concede el Consejo Mundial de Académicos e Investigadores Universitarios (COMAU).

Doctor Orlando Terré Camacho Foto: Raquel Sierra

“Es un logro cubano, es un logro de esta tierra nuestra, es un logro de sus prácticas, de las prácticas de cada uno de ustedes, los que se ponen la bata blanca y los que acompañamos para que tengan ustedes esas batas blancas”, dijo Terré Camacho, quien destacó que el pasado 26 de mayo, en Barranquilla, Colombia, los delegados a la Reunión Global de Productos Académicos e Investigativos de la Educación Superior, procedentes de 22 naciones, clamaron por el fin del bloqueo a Cuba.

El galeno destacó que la labor de los especialistas del equipo de atención integral, son obras de amor.

Foto: Mayelin Oliva

Para Yoysy Rondón Acosta, coordinadora del equipo y del proyecto Atención integral a los trastornos del neurodesarrollo, un modelo de detección y atención temprana,  “recibir este premio nos llena de mucho orgullo y alegría y también de mucho compromiso porque debemos hacer las cosas como las hemos hecho y mucho mejor y se perpetúe ese premio y lo que nos permitió ganarlo”.

La doctora agradeció a Terré Camacho haber llevado y presentado el poster, también premiado, en el congreso realizado en Colombia y traer el premio para compartir con el equipo y el hospital. “Este premio lo dedicamos a las familias cubanas, a toda aquella familia que tenga una niña, un niño, un adolescente y un adulto mayor con algún trastorno del neurodesarrollo, alguna discapacidad, específicamente, Trastorno del Espectro Autista (TEA), de la que más hablamos porque es en la que más trabajamos en estos momentos, aunque nuestra intención es tratar de ir haciendo una detección bien temprana de la mayor cantidad de trastornos del neurodesarrollo posible, para mejorar la calidad de vida de este niño y sus familias”.

Según explicó, entre los argumentos para la distinción se encuentran hacer la detección precoz del TEA al 50 % de los niños antes de los tres años, por hacerles una intervención integral, por trabajar con esas familias, por digitalizar todos los medios de trabajo para economizar el tiempo, la efectividad del sistema de diagnóstico y terapéutico.

En lo personal, el premio representa un reto mayor porque “lo que comenzó siendo un sueño, hoy se ha convertido en un proyecto, más que en el Hospital Borrás-Marfán, se convierte en un proyecto para Cuba, pues ya se comenzó a trabajar con cuatro provincias más ((Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara, Matanzas), donde existen equipos interdisciplinarios, que vamos a contribuir a su consolidación, establecer redes de comunicaciones para los profesionales de Cuba y un programa  formativo”.

Entrega del Premio Mundial de la Ciencia Eureka 2022 en Colombia Foto: Tomada del perfil de Facebook del doctor Orlando Terre Camacho

Un modo cubano e integral

De acuerdo con Belkis Vidal Martínez, especialista en psiquiatría infantil, y jefa del servicio de esa especialidad en el Hospital Borrás-Marfán e integrante del equipo de atención integral al neurodesarrollo, los pacientes son remitidos de diferentes áreas de la ciudad, colegas y especialistas que identifican algunos signos en el niño y deciden que deben ser evaluados por nosotros, hasta llegar a un diagnóstico definitivo.

Jesús Montano, Yoysy Rondón Acosta y Belkis Vidal Martínez, de izquierda a derecha. Foto: Raquel Sierra

Jesús Montano, integrante del equipo, explicó que en la consulta niñas, niños y adolescentes con determinadas sintomatologías son evaluados en una consulta multidisciplinaria, en la que intervienen psiquiatras, psicólogos, especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, especialistas en Medicina Natural y Tradicional, neurólogos, genetistas, especialistas del lenguaje, quienes los valoran de manera integral y ofrecen un criterio, que se corrobora después con las escalas de valoración del desarrollo que permite establecer el nivel de funcionamiento.

Posteriormente, concluido el diagnóstico, dijo, se estructuran programas terapéuticos, la frecuencia y el tipo de terapia o terapias,  en dependencia de cada caso. “Hasta  ahora, la opinión de los padres ha sido muy favorable, sobre todos aquellos con alguna discapacidad, más allá del diagnóstico, pues les interesa saber cómo pueden incidir o quienes pueden incidir para modificar ese comportamiento”, dijo.

A las intervenciones se suman otros especialistas: licenciados en Fisiatría, Logopedia, Terapia ocupacional, para las diferentes terapias –ocupacional, de juegos, de lenguaje, de Lego, de estimulación cerebral no invasiva-, que conforman este tipo de actuación con estas niñas y niños, y también con sus familias, para acompañarlas en todo el proceso de qué hacer con ellos, una vez hecho el diagnóstico, fundamentalmente, con niñas y niños con TEA. 

La doctora destacó la labor que desarrollan los Centros de Orientación y Diagnóstico (CDO), las escuelas, la enseñanza especial, con sus diferentes acciones, para entre los sectores de la Educación y la Salud, apoyar a pacientes y sus familias.

Los trastornos del neurodesarrollo son varios: del lenguaje, de discapacidad intelectual, del aprendizaje, obsesivo-compulsivo, del espectro autista, y el equipo se dedica más específicamente a este último, que tiene entre sus  manifestaciones la dificultad en la comunicación, en las habilidades sociales, la conducta y la atención. 

“El por ciento de niños que tiene una discapacidad intelectual asociada al autismo es de un 30 %, no es como antes se pensaba, ellos sí aprenden y sí se puede trabajar con ellos mediante apoyos y estímulos visuales y logran entender lo que está sucediendo en su entorno, tanto familiar como social. Lo más importante es que mientras más temprano se haga el diagnóstico, esa intervención, tanto desde la educación como la salud, hace que tengan un mejor diagnóstico”, enfatizó  

La doctora Yoysy Rondón Acosta en el salón donde realizan las terapias para niñas y niños. Foto: Raquel Sierra

Según explicó la  coordinadora del proyecto,  el equipo ha atendido 356 pacientes. “Como equipo, hemos  trabajado sobre la atención temprana, hasta los seis años” y se trabaja con seis niños, durante ocho semanas, rotando los diferentes servicios”, señaló Rondón Acosta.

Es propósito llevar ese programa a todo el país, de manera que se pueda implementar este tipo de intervención en todos los lugares posibles y construir en base a las terapias.  

La doctora Tania Adriana Peón Valdés, jefa de la sección de salud mental de La Habana y secretaria del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil, dijo que el proyecto premiado cuenta con financiamiento de Medicuba Suiza se inició en 2012 y comenzó a funcionar en 2015. 

En la propia institución hospitalaria se muestra, además, en saludo al Día mundial de la infancia, la Exposición fotográfica Tejiendo juegos de amor del premiado fotógrafo cubano Tender Zamora, resultado de una labor conjunta con 20 fotos de niños cubanos tejiendo sueños.

Foto: Cartel
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva
Foto en la exposición. Foto: Mayelin Oliva

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