En este último día de 2021, millones de personas no podrán celebrar como habían planificado junto a sus seres queridos. A finales de noviembre el mundo se estremecía con la noticia de una nueva variante de COVID-19, identificada en Sudáfrica, a la que se denominó Ómicron.

En sus primeras cinco semanas, diversos informes técnicos aseguran que esta nueva variante exhibe una menor severidad, pero goza de una mayor propagación (según algunos estudios dos veces más infecciosa que Delta y cuatro que el virus original).

Igualmente se ha conocido la increíble capacidad de replicación de esta variante, que según los expertos infecta y se multiplica 70 veces más rápido en los bronquios, con un predominio de la transmisión comunitaria.
En Estados Unidos, según datos aportados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país, el 73% de los casos reportados en la tercera semana de diciembre ya eran de este linaje gracias a la facilidad con que se transmite y a la eficacia con la que elude las defensas del organismo.
En Cuba, desde que se conoció la existencia de Ómicron y su gran propagación, se adoptaron un grupo de medidas de reforzamiento del control sanitario internacional en aeropuertos y marinas con el fin de atenuar el impacto propagador de esta cepa.

A esto se agrega todo lo relacionado con el cumplimiento en interiores y exteriores del uso correcto del nasobuco y el cumplimiento de las medidas de desinfección de las manos con hipoclorito o soluciones alcohólicas.
Paralelamente se realiza un esfuerzo decisivo para completar la administración de la dosis de refuerzo en territorios seleccionados y grupos de riesgo. Al cierre del 28 de diciembre, se habían administrado ya en el país un total de 1 503 834 dosis de refuerzo.

En el reporte de ese mismo día se informó que en Cuba ya se habían administrado 30 274 009 dosis totales de las vacunas cubanas, lográndose que el 86.2% de la población cubana estuviera ya protegida con el esquema completo de vacunación para las fechas de fin de año.

Hace dos días nos visitaba en casa un matrimonio que orgullosos nos mostraban contar con la protección que le ofrece haberse puesto sus cuatro vacunas, y su disposición a ponerse las que sean necesarias.
A la hora de irse manifestaron lo felices que se encontraban de estar vivos gracias a todas las intervenciones adoptadas oportunamente por el Gobierno y el Sistema de Salud cubano, y que la felicidad de esa noche de reencuentros nos hacía estar en deuda con la vida.

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ESTO ES CUBA, SOLO CUBA, GRACIAS A NUESTROS CIENTIFICOS, NUESTROS MEDICOS, CON TODO EL APORTE QUE NOS HAN BRINDADO PARA EVITAR CONTAMINARSE CON LA COVID Y EL OMICRON, NO ESTAMOS EXCENTO, PERO NOS PROTEGEN SUS BELLAS VACUNAS, NUESTRAS BELLAS VACUNAS Y BIEN CUBANAS. GRACIAS CUBA, GRACIAS REVOLUCION.