Sobre la mesa de trabajo, en su oficina, todo es funcional, hasta la mínima nota-recordatorio manuscrita del profesor Julio Curbelo Alfonso; mientras que en un minuto le pueden entrar más de cinco llamadas por cualesquiera de sus teléfonos. En derredor, desde la puerta principal, los pasillos, el ajetreo del personal de servicio, de apoyo, las aulas docentes…, es perceptible la esencia de los indiscutibles resultados que llevaron al Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), a recibir la bandera Proeza Laboral que otorga la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en tiempos donde este galardón se entrega casi de manera exclusiva a colectivos destacados durante el enfrentamiento a la COVID-19.

“La valoración de cada recurso y su empleo eficaz es parte de lo aprendido hace más de tres décadas, cuando asumí este tipo de responsabilidad al frente del Hospital General Docente Comandante Pinares (antiguo San Cristóbal) de la actual provincia de Artemisa. No tenía experiencia de dirección o gerencia de una institución médica y menos para aquella en la cual llegamos a tener más de 700 camas.
“Por suerte me enviaron a un diplomado de dirección. Teníamos un profesor mexicano quien nos hizo una pregunta relacionada con el lugar por el cual debíamos comenzar el análisis del funcionamiento de un centro hospitalario. Ninguna de las respuestas le satisfizo. Entonces concluyó: "Lo primero es dirigirse a las áreas de lavandería, calderas, cocina, ver los sistemas ingenieros. Si eso está bien, además de la limpieza, todo funciona adecuadamente.
“En nuestra institución colocamos al más alto nivel las actividades relacionadas como el soporte de las fundamentales: asistencia médica, investigación y la docencia. Esa es la importancia que ofrecemos al vincular los diferentes partes de información de cada área, después de concluir una guardia e iniciar cada jornada matutina. Además de las reuniones de la parte económica, coordinación, control y administrativa, exigimos conocer todos los problemas ocurridos durante 24 horas y cómo lo vamos a resolver en el orden operativo. Es una entrega de 20 minutos. Entonces recorremos el centro para conocer los detalles de las situaciones planteadas por quienes concluyen una jornada de guardia médica, el estado de los pacientes, programación de cirugías, además de escuchar el parte de los responsables de garantizar lo relacionado con la electricidad (índices de consumo diario), funcionamiento de los grupos electrógenos, agua, reservas de combustibles para una contingencia, disponibilidad de transporte, entre otros imprescindibles para la vitalidad del hospital. Esto nos hace funcionar como un equipo de interacción y apoyo.
“Nos llena de orgullo haber recibido la Bandera Proeza Laboral porque en nuestra condición de centro de tercer nivel de atención en Salud e institución de máximo nivel del país logramos mantener la disponibilidad del ciento por ciento de nuestras capacidades hospitalarias a tiempo completo. No se disminuyó en absoluto la actividad de atención médica. Incluso cuando promovimos que algunos pacientes –de acuerdo a las evaluaciones de su enfermedad- no vinieran a consulta. En consecuencia, sostuvimos los chequeos de seguimiento a través de la consulta telefónica con sus respectivos médicos. Sostener la unidad es la génesis de nuestro trabajo como médicos y esencia de cada logro alcanzado.
“Más de 600 pacientes recibieron este tipo de procedimiento. El número de intervenciones quirúrgicas, de mayor y menos complejidad, operaciones mínimamente invasivas (más del 25 % fueron realizadas) utilizando técnicas complejas en medio de la situación creada por el coronavirus. Otros compañeros continuaron su labor a distancia para asegurar los controles necesarios.
“Trabajamos pensando como país: cada cual lo que le toca, sosteniendo la interacción, la eficacia de los equipos multidisciplinarios, en función de nuestros pacientes. Significa mucho para nosotros que la juventud esté presente sobre todo en momentos complejos. Es el resultado de ser considerados por el Buró Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Centro por la vida”.
Continuidad de una formación compartida
Trabajar en la formación de los jóvenes es una de las tareas que destaca el doctor Erasmo Pablo Gómez Cabrera, vicedirector de Asistencia Médica. “Tengo un alto sentido de pertenencia a esta institución en la que comencé (1973) como alumno de Medicina, vinculado a las investigaciones de cáncer". Concluyó la especialidad en 1984.

“La oncología es una especialidad compleja y difícil, donde todos los días se ofrecen conocimientos valiosos directamente relacionados con la docencia. Tengo el privilegio de dirigir un colectivo médico capaz, respetado en todo el país y de logros en publicaciones científicas y de introducción tecnológica en todas las disciplinas de nuestras especialidades.
La juventud está a la altura del momento en que exige la defensa de la Revolución. Como docente, estoy a cargo de un grupo de residentes en la especialidad de cirugía oncológica. Es la primera vez en el país que se realiza un curso de este tipo y muestran un interés y entusiasmo que les perfila un futuro de buenos profesionales. Hemos introducido innovaciones tecnológicas y con logros en esta práctica. Laboro en un colectivo que respeta al paciente y trabaja con el conocimiento de la ciencia para obtener los mejores resultados prácticos y científicos”.
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Excelente entrevista, muchas felicidades a todo el personal de la Salud Cuba salva. Gracias.