En el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, la entrega de la Guardia Médica y el comienzo de la jornada reúne a quienes hacen posible la continuidad de la vida. En sus rostros cubiertos, las miradas traslucen el esfuerzo y la esperanza en una mezcla diversa de edades, motivados por un solo compromiso: hacer la voluntad de ofrecer la atención médica a pacientes aquejados de una de las patologías que mayor cantidad de muertes provoca en nuestro país, asediado por el genocida bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos y sostenido por varias administraciones desde 1962 hasta la fecha.

La mañana de este miércoles 2 de diciembre, un grupo de jóvenes médicos y paramédicos recibieron la condición de Médicos por la vida, como uno de los mayores reconocimientos de esa institución a quienes se han convertido en la continuidad de las ideas por la cual, precisamente un día como hoy, el yate Granma, comandando por Fidel, arribó por la playa Las Coloradas para sembrar el camino de libertades y derechos que -los jóvenes de la Generación del Centenario del Apóstol José Martí-, desbrozaron del oprobio en el cual estaba sumergida la Patria bajo una tiranía al servicio del gobierno de los Estados Unidos.

Sobre este centro, que ostenta la condición de Proeza Laboral, se destacó el ingreso de nuevos militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Esta prestigiosa institución médica enfrentó con estoicismo uno de los períodos de mayor incertidumbre durante el enfrentamiento a la Covid-19, sin dejar de prestar tan invaluables servicios.
Compartiremos las entrevistas concedidas a Tribuna de La Habana por su director, el Profesor, Doctor Luis Curbelo y el Profesor Doctor Erasmo Pablo Gómez Cabrera, vicedirector de Asistencia Médica.
Ver además:
Eficiencia, trabajo colectivo y unidad para enfrentar las dificultades
Convocatoria oficial al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba

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