El cáncer constituye la segunda causa de muerte en Cuba; por ello, el sistema nacional de salud cuenta con un Programa integral para su control, el cual involucra todos los niveles de atención, y fomenta la participación activa de la población en la prevención mediante el autocuidado y la autorresponsabilidad.

En el marco de la jornada por el Día Mundial contra el Cáncer, que se desarrolla en el país del 4 de febrero al 21 de marzo de 2020, Tribuna de La Habana dialogó con la Doctora. Gisela Abreu Ruiz, funcionaria de la sección de cáncer del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Especialista en Medicina General Integral (MGI) y en Medicina Interna.

¿Cómo se comporta la incidencia y mortalidad del cáncer en Cuba?

“El cáncer representa la primera causa de años de vida potenciales perdidos desde el año 2000, en el último cierre estaba en 18,2. Históricamente la mortalidad ha tendido hacia el crecimiento, pero en los últimos años ha tenido una tendencia hacia la meseta. En el 2018, último cierre oficial, fallecieron alrededor de 24 mil personas por cáncer y se diagnosticaron más de 40 mil nuevos casos.

“El cáncer de pulmón es la causa más frecuente de fallecimiento en ambos sexos, seguido en la mujer por el cáncer de mama y en el hombre por el de próstata y en tercer lugar el colon-rectal. El de mayor incidencia es el de piel, seguido de cáncer de mama en las mujeres, y de próstata en los hombres. En general las localizaciones que concentran las primeras causas son pulmón, próstata, mama y colon, y a su vez es donde se concentra el 50 % de mortalidad por cáncer.

“Los tipos de cáncer de mayor incidencia y mortalidad en la edad pediátrica son las Leucemias, los Linfomas y los tumores del Sistema Nervioso Central. La mortalidad por cáncer en esta etapa está entre uno y dos por ciento del total de muertes, por lo que es muy baja, pero evidentemente es imprescindible el trabajo en este sentido”.

¿Cómo se ha implementado el programa para el control del cáncer?

En el país existe un programa de cáncer desde 1968. El primero fue el de detección precoz de cáncer cérvico-uterino, debido a la cantidad de muertes por cáncer del cuello uterino que había en esa época. Después se sumaron otros programas para dar respuesta a las principales localizaciones de incidencia y mortalidad, y así se crea el de detección precoz de cáncer de mama y el de cáncer bucal.

Luego surge un programa nacional que incluía los tres programas. Después el de reducción del tabaquismo, de educación en cáncer, y en el 2007, a raíz de la situación que existía tras el período especial y el recrudecimiento del bloqueo, que provocó grandes afectaciones al país y en particular al sector de la salud, se crea una nueva estructura dentro del Minsap que se mantuvo hasta el 2010, llamada Unidad Nacional para el Control del Cáncer con la misión de dirigir el programa y establecer una estrategia nacional, que permitiera lograr el impacto esperado: reducir la incidencia, la mortalidad, mejorar la calidad de vida y la sobrevida de la población.

Con el reordenamiento del sistema se denominó Sección independiente para el control del cáncer, nombre que mantiene actualmente, encargada de dirigir el Programa integral para el control del cáncer, el cual centra su atención en las localizaciones que concentran las mayores incidencias y mortalidad por esta causa, mencionados anteriormente, y el cáncer que se presenta en la etapa infanto-juvenil, que aunque no tiene una alta mortalidad tiene un peso importante, por el impacto social que provoca y lo mucho que hace el sistema de salud por los niños y adolescentes con cáncer.

Desde el 2007 existe un sistema de vigilancia que permite un trabajo que integra a la institución que diagnostica y trata al paciente pediátrico, con los trabajadores sociales de la provincia, la sección de cáncer del programa materno-infantil, donde se actualizan sus condiciones de vida socioeconómicas, para ver en qué medida se pueden satisfacer sus necesidades de salud y otras, y además, conocer donde se diagnostican, donde se tratan, cuál es su seguimiento, y así también evitar el abandono de los tratamientos. Existe un software para llevar este control a nivel nacional. Cuando las necesidades se escapan del sector de la salud, las atiende el gobierno.

Para la atención del cáncer están involucradas todas las instituciones de salud, con una red especializada para la atención integral, con los tres niveles de atención: primario, secundario y terciario. Una red por servicios especializados: Servicios de Oncología médica, de Medicina nuclear, radioterapia, Oncopediatría. La red está organizada por regiones geográficas: occidente, centro y oriente; y en estas están ubicados los centros regionales que son los que tienen mayor capacidad instalada y la población de cada región puede acceder a todos los servicios.

Un elemento importante que tiene el programa es que se implementa a través de una estrategia nacional de control, liderada desde la sección de cáncer, que tiene dos ejes fundamentales: uno relacionado con los niveles de atención que incluye todos los centros e instituciones que tienen que ver con la atención al cáncer en todas sus variantes, donde Biocubafarma y todo el polo biotecnológico tienen un peso fundamental por todos los servicios que aporta, tanto para la prevención, diagnóstico, y la cronicidad, lo cual constituye una fortaleza del país para enfrentar la enfermedad.

El otro eje incluye lo que llamamos componentes estratégicos que van desde la educación y la comunicación; y la pesquisa en población aparentemente sana para su detección temprana, con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado.

Foto: Tomada de Redes Sociales

¿Cuáles pudieran ser algunos signos de alarma o sospecha de cáncer, y los principales factores de riesgo?

Si hablamos de cáncer de mama se debe tener en cuenta cualquier bulto, cambios o secreción por el pezón. En el caso de la piel, si la persona tiene un lunar que crece, cambia de color, aumenta de volumen, picazón, una llaga que no cicatriza.

Si nos referimos al de colon, una persona que tenga cambios en su hábito intestinal: diarreas que alternen con estreñimiento, sangramiento rectal, pérdida de peso importante. Aunque hay síntomas generales del cáncer que también son comunes en otras enfermedades como decaimiento, pérdida de apetito, acompañados de algunos síntomas de cada una de las localizaciones.

Si estamos hablando de un cáncer de pulmón, podríamos estar hablando de un paciente fumador, y de ahí la importancia de controlar los factores de riesgo asociados al cáncer, entre ellos, el tabaquismo, un paciente que trabaje con sustancias expuestas sin utilizar los medios de protección. Incluso hay factores de riesgo relacionados con la genética, por ejemplo, una mujer con antecedentes de cáncer de mama en familiares de primera línea; o con antecedentes de cáncer de colon o de próstata.

Estos son factores de riesgo con un componente genético importante que le indican que deben participar activamente en la búsqueda de la atención médica para realizarse las pruebas que hoy tiene disponible el sistema de salud: prueba citológica; de sangre oculta en las heces fecales (SUMASOHF), que si se detecta se remite al paciente al gastroenterólogo para descartar o confirmar un cáncer de colon.

Además, el Antígeno Prostático Específico (PSA), que se hace a los hombres de 45 años, con antecedentes familiares de cáncer de próstata; a los que independientemente de la edad tengan síntomas, como orinar con frecuencia por las noches, un chorro de orina débil, o que se bifurque, o se interrumpa, o con sangramiento en la orina, o sangre mezclada con semen en la orina, los cuales pueden ser síntomas de otras enfermedades, pero con la prueba se descarta o se confirma el padecimiento de cáncer.  

La doctora destaca la importancia de la percepción de riesgo en la población y de potenciar la divulgación

La percepción de riesgo ha sido un problema, creo que no todos tienen claro lo que significa, creo que aún falta mucho en cuanto a promoción y divulgación para aprovechar todos los espacios disponibles, mediante los medios nacionales y locales para promover estilos de vida saludables, conductas protectoras, hacer conciencia en la población sobre los factores de riesgo a los que se expone cada día y que existen condiciones y herramientas para minimizarlos, pero siempre con su participación activa y consciente.

Debemos evitar esa idea de que el cáncer es sinónimo de muerte, de desesperanza, y pensar que ya no queda nada más por hacer. Deben conocer que un 30 % con diagnóstico de cáncer tiene posibilidad de curación, otro 30 puede ser controlado y el resto puede tener una mejor calidad de vida y una mejor sobrevida si se utilizan las tecnologías y los recursos disponibles. Es importante que la población participe activamente y creo que estamos en el camino correcto para cambiar el paradigma clínico del cáncer, y pueda llegar a ser una enfermedad crónica controlada.