Dra. Caridad Morén González, jefa del Programa de TB del municipio de Plaza de la Revolución. Foto: Roberto Morejón

En la capital, como en el resto del país, se desarrolla un programa de prevención y control de la tuberculosis (TB), con pesquisas en los territorios. Sobre este particular se refirió, la Dra. Caridad Morén González, jefa del Programa de TB del municipio Plaza de la Revolución, al dialogar con Tribuna de La Habana.

“En nuestro territorio atendemos siete áreas de salud, con una población mayor de 156 000 habitantes. Llevamos un control del programa a través de los grupos vulnerables, personas que de alguna manera han podido estar expuestas al bacilo de la TB, llamado bacilo de Koch, por ejemplo, que hayan estado en contacto con un paciente con TB, reclusos o exreclusos, pacientes con VIH u otras inmunodepresiones, niños menores de cinco años y adultos mayores de 60 años, diabéticos, desnutridos, alcohólicos, fumadores, drogadictos. Esta enfermedad aunque es curable, lo mejor es prevenirla; se trasmite por las vías respiratorias”.

La Doctora recomienda que si una persona tiene síntomas, como tos prolongada por más de 21 días, expectoración con hemoptisis (con sangre) o sin ella, por la boca; febrícula, decaimiento, entre otros, debe acudir al médico de familia.

El tratamiento es gratuito y se extiende alrededor de siete meses. Mientras dura la enfermedad, el paciente cesa de trabajar sin dejar de recibir el salario, y le expiden una dieta. Luego del último esputo con cultivo negativo, se le da el alta de curado, y se le hace un seguimiento epidemiológico durante dos años.

Para poner fin a la TB es importante establecer la diferenciación de acciones a partir de la situación epidemiológica y las características de cada territorio. Esto requiere un trabajo integral del Sistema Nacional de Salud con la colaboración de la comunidad, única forma de desarrollar con éxito este programa.