El Día Mundial de la Tuberculosis se conmemora cada 24 de marzo con el objetivo de generar una mayor conciencia respecto a la epidemia que existe a nivel mundial y aunar esfuerzos para erradicar la enfermedad.
Cada año, la Alianza Mundial Alto a la Tuberculosis junto a otras organizaciones y países interesados, organizan actividades para dar a conocer los éxitos logrados, el alcance de la enfermedad y las medidas para su prevención y tratamiento.
El tema de 2019 es: Es hora de actuar. Pon fin a la Tuberculosis, a fin de acelerar el compromiso para terminar con esta enfermedad en seguimiento a la Declaración de la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre TB de 2018, no solo a nivel político con los jefes de estado y gobierno, sino también con gobernadores, alcaldes, parlamentarios, líderes comunitarios, personas afectadas con tuberculosis así como médicos, enfermeras y demás trabajadores de salud, organizaciones no gubernamentales, miembros de la sociedad civil, y otros.
La tuberculosis (TB) es una de las enfermedades que causan más muertes en el mundo: un cuarto de la población mundial está infectada. En 2017, hubo diez millones de personas que se enfermaron a nivel global y se registraron 1.3 millones de muertes en todo el mundo. Es una de las causas principales de mortalidad en las personas infectadas por el VIH.
A nivel mundial muchas personas que contraen TB no logran acceder de manera rápida a un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz. Esta enfermedad contagiosa se propaga a través del aire y los enfermos pueden transmitirla al hablar, toser, estornudar o expectorar. Aunque se desarrolla predominantemente en los pulmones, también puede afectarse el sistema nervioso central, el sistema linfático, circulatorio, genito urinario, gastrointestinal, huesos, articulaciones y la piel.
Por lo general se manifiesta entre las dos y diez semanas después de estar infectado. Sin embargo, una persona puede tener la mycobacteria tuberculosa y no presentar síntomas durante años. Si por alguna razón se debilita su sistema inmunológico, esto propiciará el desarrollo de la enfermedad.
No obstante, es una enfermedad prevenible y curable. Por eso se debe establecer una vigilancia de las personas en riesgo y vulnerables, pero siempre evitando actitudes discriminatorias hacia los que padecen TB.
En Cuba se desarrolla un Programa de Prevención y Control de la TB, establecido por el Sistema Nacional de Salud, en el que efectúan pesquisas en las diferentes áreas. Les realizan la prueba del Mantoux a las personas con alto riesgo de contraer la enfermedad. Además, promueven charlas educativas en los barrios y policlínicos y se apoyan en activistas de la comunidad para extenderlas a diferentes centros laborales.
Existen diferentes factores de riesgo para adquirir la TB pulmonar como son: la infección de VIH, el alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, la insuficiencia renal crónica, malnutrición, los niños menores de cinco años y los ancianos, la reclusión y las malas condiciones de vivienda, sobre todo de humedad, poca ventilación y hacinamiento.
Lo más importante es la labor preventiva y lograr una detección temprana, por ello las personas deben de estar alertas ante los síntomas siguientes: Pérdida de peso inexplicable, fiebre por más de 21 días, en especial por las tardes, tos persistente y sudoración nocturna que moja la sábana.
Ante cualquier señal acuda a su área de salud, en la que le realizarán un examen clínico y las pruebas necesarias para obtener un diagnóstico adecuado como son: el esputo, radiografía de tórax y la prueba de la tuberculina.
En la Isla existe compromiso y voluntad política en el accionar del Estado, asociaciones y organizaciones. Sin embargo, es necesario el esfuerzo y contribución de toda la sociedad para eliminar la TB en los centros de estudio, trabajo y comunidad.
Enfrentar el reto de la lucha contra el incremento de la TB y encontrar técnicas novedosas para su erradicación es tarea de todos. Es imprescindible establecer diferentes acciones de acuerdo a la situación epidemiológica y las características de cada territorio, con el apoyo de la comunidad. Solo así se desarrollará con éxito un programa de prevención y control.