Manuel Navarro Luna fue un poeta, intelectual y periodista conocido por destacar dentro del vanguardismo literario, movimiento iniciado a principios del siglo XX en Hispanoamérica; encontró en la batalla contra la tiranía batistiana su condición de luchador incansable, al lado de la razón histórica, labor que no termina al ver realizada la justicia social y verdadera independencia nacional.

Todo lo contrario: al triunfo de la rebelión comienza la que sería una de las etapas más agitadas y productivas de su vida de poeta y revolucionario. En el libro Odas mambisas, incluye poemas de la etapa revolucionaria. Su obra poética es espejo y arma; los versos reflejan nuestra nueva realidad no como mundo ya perfecto y logrado, sino como nueva problemática a resolver, esta vez en la construcción y defensa de una nueva sociedad.

Navarro Luna es uno de los más consecuentes y fieles exponentes de intelectual revolucionario en la literatura cubana y un nuevo ejemplo de que la calidad formal no tiene necesariamente que verse afectada por la expresión de un contenido útil y militante, ejemplo de ello es el fragmento de este poema.

26 DE JULIO

(fragmento)

¡No fue sino la sangre encadenada,

con sus cobres viriles,

la que golpeando troncos de fusiles

entró en los muros del Cuartel Moncada!

No fue sino la sangre encadenada

La heroica, la tremenda

muchacha bravía,

al golpear la afrentosa tiranía

el 26 de julio, se echaba a la contienda

contra el oprobio cruento que cubría

hasta la piedra obscura…! Y una senda

de dignidad y redención abría!

¡Y era la sangre joven que moría!

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