Josefina García-Marruz Badía, conocida artísticamente como Fina García-Marruz, es una poetisa, ensayista, investigadora y crítica literaria cubana. Ingresó al grupo Orígenes, a mediados de la cuarta década del siglo XX, junto a su compañero de vida, el escritor Cintio Vitier, y otras notables figuras de las letras cubanas. Al mismo tiempo, con su esposo, se convirtió en una destacada estudiosa de la extensa obra del Héroe Nacional José Martí.
Sobre su quehacer literario la crítica ha dicho que tiene un talento de primer orden, donde su escritura está al nivel de los escritores más lúcidos de nuestro idioma, a través de la cual ella se vuelve la poesía misma; por tal motivo, es merecedora de algunos de los galardones más importantes de las letras hispanoamericanas, como son el premio de poesía Pablo Neruda, el Nacional de Literatura y el Reina
Sofía de Poesía Iberoamericana.
En el presente soneto, la poetisa, impulsada por la nostalgia, evoca su casa en la habanera calle Neptuno.
En Neptuno
4
¡Tranvías amarillos que al rumor
oscuro de la lenta madrugada
iban pasando! ¡Campanilla maga
del tráfico vacío en el albor!
Rural esquina en el urbano olor
de los comercios, las panaderías!
¡Dobles puertas de hierro descorridas
con golpe seco, gallo anunciador!
¡Bombillos encendidos todavía
que otra luz va, despierta, disolviendo!
Abierta llave, cucharillas frías
sonando y entreabriendo y despertando!
¡Casa de los polacos que veía
al fondo del pasillo azul temblando!
Fuente: “La poética Habana. Cien poemas”, Ángel Augier
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