
No hay dudas que son tiempos muy complejos para el desarrollo armónico y sin contratiempos de las fuerzas productivas y la prestación de servicios óptimos, ya que existe un contexto nacional e internacional difícil, el cual no puede soslayarse por su incidencia en la satisfacción de necesidades básicas de los pueblos. Pero ello no amedrenta a los cubanos entrenados en resistir, para vencer.
En el caso de la Isla la situación se agudiza ante las limitaciones objetivas para acceder a productos y tecnologías a causa del criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, el cual luego de sesenta años es cada vez más injusto, extraterritorial, y perverso.
Sin embargo, ni el perenne asedio imperial o las campañas mediáticas de tergiversación de la realidad cubana (que protagonizan los grandes centros de poder comunicacionales de Washington y sus aliados), pueden dar espacio al pesimismo y menos a la inoperancia o al maltrato a la población que precisa de determinadas prestaciones y servicios.
Existen cuestiones domésticas relacionadas con la atención a los consumidores en diferentes establecimientos comerciales que ofertan servicios, que pueden ser erradicadas por parte de quienes están responsabilizados con el control y la disciplina en estas unidades; la falta de profesionalidad y el trato cortés a la hora de interactuar con los clientes es una de las asignaturas aún pendientes en varias unidades. No siempre se asume con el sentido de pertenencia, voluntad y disposición que debe prevalecer esta actividad orientada a servir al público.
Entre los aspectos que más inciden en el maltrato a usuarios en áreas de ventas y servicios están la no adecuada información a la población que manifiesta interrogantes o precisa de conocimientos sobre determinados procesos implementados en la actividad comercial, incumplimientos de los horarios de apertura y cierre de entidades, lo cual es más notorio en las estructuras tradicionales concebidas en las comunidades; dígase; bodegas, carnicerías, puntos de ventas, panaderías, etc., elementos de sumo interés y gran demanda por su importancia en las localidades.
Otras prestaciones de servicios como los de telefonía fija todavía confrontan dificultades, y no siempre comprensibles por los usuarios. A veces las comunicaciones para reclamaciones e información por el 114 y 113, respectivamente, no logran la prontitud que ello requiere y para lo cual en su momento fueron creadas, también se presentan en esta modalidad anomalías (aunque en menor grado que etapas anteriores) con interrupciones temporales del servicio, abruptas apariciones en equipos telefónicos de señales registradas “sin línea”, o sorpresivamente y sin desperfecto alguno, detención del servicio, y no siempre se logra la profesionalidad con el argumento convincente, particularmente cuando no se ha suscitado fenómeno climatológico alguno, o coincidentemente fueron realizados trabajos de reparación en postes o en determinada planta, quizás no informados previamente a los usuarios, lo cual causa malestar y desconfianza, sobre todo, cuando esas anomalías no tienen rápida solución.
El tema más recurrente hoy es la vertiginosa alza de los precios de los productos, generalmente agropecuarios, pero asimismo se presenta en la gastronomía habitual que históricamente contó con parámetros admisibles según niveles adquisitivos distintos. Y dentro de este sensible asunto (que estamos conscientes debe mejorar en la medida que diversifiquemos y aumentemos la producción, agropecuaria e industrial, y además seamos capaces de seguir sustituyendo importaciones y exportando más), se requiere igualmente incentivar y concientizar a productores y al mismo tiempo lograr un mejor trato a los clientes y una distribución más ordenada en los establecimientos comerciales en general.
De igual forma hay que seguir encontrando alternativas más viables que eviten las aglomeraciones de personas, no solo en los lugares donde se expenden mercancías (lo cual ha tenido cierto alivio con recientes medidas de entrega de módulos de alimentos y aseo en tiendas establecidas) por registro de consumidores, sino continuar además con iniciativas y variantes en otros lugares que brindan prestaciones como las del registro civil, carné identidad y otros que actualmente se han complejizado.
Cualesquiera de los eslabones de la amplia cadena de servicios en todas sus expresiones, requiere de constante valoración con el objetivo de ir logrando el engranaje más apropiado que satisfaga las necesidades de la población. Y en ese sentido el Partido y Gobierno cubanos trabajan incesantemente por seguir mejorando cada uno de los indicadores que tributan a la calidad de vida del pueblo.
Con disciplina, unidad e ilimitada entrega a la búsqueda de la sostenibilidad alimentaria con la actualización del modelo cubano, la Isla vencerá cada desafío. Resistió con heroísmo el periodo especial, los sistemáticos asedios yanquis, huracanes y accidentes de gran magnitud, la pandemia de Covid-19 y más temprano que tarde saldrá victoriosa de los actuales retos.
Sí se puede, y este año 2023 resultará decisivo para el impulso indetenible que precisa la economía.
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Muy interesantes sus razonamientos pero, ¿que tiene que ver el Bloqueo con el trato amable y respetuoso a los consumidores?.¿donde se puede encontrat?......ni los NAE tan loados son dados al buen trato, yo tengo mi explicacion a este fenomebo, puede que este equivocado pero, pienso que la CAUSA FUNDAMENTAL ES QUE A NADIE LE "PREOCUPA VENDER", porque nosotros somos los que NECESITAMOS COMPRAR, SOMOS COMPRADORES, SIN OPCIONES, por tanto, en todas las ramas de los servicios somos solo USUARIOS COMPRADORES, QUE NO MEREMOS LA CALIFICACION DE CLIENTES......¿somos acaso CLIENTES DE ETECSA O LA EMPRESA ELECTRICA, O AGUAS DE LA HABANA?. NO, CLARO QUE NO......!! SI NO TENEMOS OTRA OPCION !!
El trato a la población es pésimo en casi todas las esferas y el comercio es con contadas excepciones el rey del maltrato a el pueblo