“Yo, Eusebio Leal, no soy más que un
seudónimo de algo mucho más grande e
importante que se llama Cuba. Me confieso
un hijo de mi tiempo. Perdónenme
por mis errores, y aspiro a que lo que hice
sea para todos, mas no para mí”.
Eusebio Leal Spengler

Foto: Alexis Rodríguez

Estremece recordar sus palabras cuando recibiera el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona.

Eusebio Leal Spengler marcó la continuación de una estirpe de hijos nobles de este archipiélago. Su obra sobrepasa lo posible escalando lo onírico, pues hasta la eternidad la Ciudad Maravilla lleva impregnada su esencia en cada esquina, barrio o avenida.

Hoy su nombre retumba en las manos de los habaneros y cubanos que replican las señas de su impronta, manteniendo en la vida su espíritu a un año de su partida física. Su firme voz y mensaje de trabajo y esperanza para la Villa de San Cristóbal mantienen imborrable cada paso recorrido por adoquines
y asfalto.

Hace ya varios días diversas voces rebosan las redes sociales con remembranzas, anécdotas, pedazos de historia donde Eusebio Leal es protagonista, pues se hace imposible no recordar al más noble hijo de La Habana.

Mezcla de elegancia y jocosidad al dialogar, construyendo de la sencilla charla una aventura épica, así te recordamos.

Así te reencuentran las nuevas generaciones en las enseñanzas imperecederas de un ser Leal, Cirio, Maestro.

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