Crecí con el orgullo de vivir en un país que nunca me dejaría desamparado. Salud, Educación y Cultura son aún los tesoros que aminoran la corrosión, causa del salitre y la diaria “luchita” por mantener el punto exacto de mesura. Hoy, por disímiles razones, estas garantías se ven amenazadas: la apatía, el egoísmo y la insensibilidad corren libres por las calles y cobran un terrible saldo.
Cito un caso conocido, sin mencionar lugar o personas, apelando solamente a quienes tengan la responsabilidad y el amor de preservar la calidad, exquisitez y veta humanista de esta profesión: Alguien se acerca a recibir el necesario servicio de odontología y coincide que el estomatólogo en ese mismo instante se ocupaba de “conversar” con una joven y bella colega.
Entonces la paciente pasó a un segundo o tercer plano de atención que, finalmente, desembocó en un doloroso y traumático proceso, pues no asimiló bien la anestesia. En su desesperación “permitió” al dentista realizarle la extracción con los mismos guantes, usados para limpiar una butaca para acomodar a su amiga, lo cual devino agravio y total desatención.
Muchas otras pueden ser las historias de maltratos y pavorosas prácticas en los servicios, incluso en lo personal, todavía espero respuesta de una institución en la cual ejercí el debido y necesario derecho de la queja. Lo cierto es que no debemos quedarnos callados ante situaciones similares. Sin que cunda la histeria o se sobredimensionen situaciones, todos debemos ser atendidos con respeto y bondad.
Sale el sol cada mañana en la ciudad y muchos sucumbimos ante la necesidad de encontrarnos en otros, ver brotar una sonrisa, incluso en los gastados rostros de los ancianos. Mientras escribo, las teclas de la computadora gritan en busca de un soporte vital. Las palabras se atropellan y duelen en las pupilas hasta derramarse. ¿Dónde se esconde la pizca de humanidad que nos falta?
Me gusto mucho el articulo y es algo que tiene preocupados a la mayoria y es la indolencia, la falta de escrupulos y como dice el dicho la busqueda a cualquier costa y casi a cualquier precio. Creo que hablamos mucho de patriotismo y de la continuidad de la revolucion pero no podemos seguir sin hablar y de hacer todo lo posible por el rescate de valores y humanismo de todos, del rescate a la educación, de las normas de conducta y de la soliridad entre nosotros mismos. Es muy importante el concepto de revolución pero tambien es muy importante repasar el discurso de Fidel en el aula Magna de la Universidad de la habana el 17 de enoviembre de 2005, donde nos alerta de la posibilidad del derrumbe del sistema socialista. IMPORTANTE.
Lamentablemente, no todo lo que brilla es oro Hace falta que la atención médica en Cuba, sea tan esmerada como la que se ofrece en otros países. Hace un mes estoy tratando de contactar con la doctora de la posta, he ido tres veces, y nada. Lo último que dicen es que está enferma y el médico del otro consultorio, es un grosero, se niega a atender los pacientes de otro médico. Hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado. Por favor, revisen la asistencia de los médicos a las postas, no están cumpliendo con su trabajo.
Tengo y llevo el mismo orgullo tuyo, servicios elementales de manera gratuita para todos, pero lamentablemente empañados en ocasiones por seres humanos que no se acaban de percatar que cuando vamos al médico (ajustandome a tu ejemplo, porque eso ocurre casi en todos los lugares y momentos) por la razón que sea, requerimos de esa alma que solamente mirándonos a la cara nos calme de la duda o el dolor. Sí, hay más de los que lo hacen bien, que de los que no lo hacen, pero como bien dices, tenemos que ser capaces de señalar de la mejor manera las deficiencias o malos tratos que podamos recibir, porque a dónde vamos a llegar. dígamosle las verdades a los equivocados en su cara, sin herir pero poniendolos a reflexionar, si dejamos pasar el tiempo, a donde vamos a parar, como dijera José José.
Es cierto , es inadmisible obviar el dolor humano, otro profesional puede o no ser bueno, pero el de la SALUD ! tiene que serlo ! y sobre todo ! un buen ser humano !
Me encanto el artículo, ya incluso nos asombramos cuando nos tratan bien e incluso somos participe del maltrato del día a día en nuestras instituciones.