Marca el almanaque el día número uno. Acabamos de llegar al centro de aislamiento como parte del protocolo actual. Mientras, escucho las primeras charlas –luego de alejarnos del estrés posaterrizaje y los traumas aduanales–, me asaltan esos primeros aires de mi país: provocan recuerdos, aromas de comidas, lugares, planes y sacrificios que nos ubican en la escena donde toca recomenzar.
Soy el tercero en recibir el pinchazo que da negativo, pero no dice realmente nada, hay que esperar nueve días para acceder al test que ofrece los resultados definitivos. Llegamos a la habitación y salta la primera pregunta: ¿Ese televisor coge Netflix? obvio que es en broma. Disponemos de agua caliente y aire acondicionado en la pequeña habitación que compartimos tres exviajeros.
Casi rayaban las nueve de la noche del día segundo, en aquella ventana con vista al mar y a la calle Línea, cuando me sorprendió el sonido de los aplausos. El corazón se me hacía pequeño y grande dentro como si buscara trepar a la garganta y salir hacía mis palmas. Aunque en la lejanía aplaudía solo y me reconforté con las historias en Facebook de mis amigos y familia, la experiencia me superó.
Las horas no bastan para saciar la ansiedad de quienes esperamos… Corre el tercer día, mientras saltan temas de conversación cual chispas entre los desconocidos que compartimos apenas cuatro metros. Llega el aroma a sal en las mañanas, nos miden la temperatura, la presión arterial, todo está bien. Ya cansa este cuarto día en las pequeñas rutinas: de la cama al baño, rotando las ganas de salir volando por cualquier rendija.
En la cama, junto a la ventana, el señor de 67 años descubre en las noticias diariamente una nueva vacuna, “ayer fue en la Universidad de Oxford y hoy en la de California”, todas estarían listas en pocos meses para su uso popular. La esperanza resulta hoy la religión moderna para superar esta pandemia. La batalla no ha concluido, aunque por las calles que observo, aún en la distancia de mi confinamiento, se percibe una aparente paz. En las manos de todos está sacar a flote nuestro país y mantenerlo a salvo.