
Desde que hace pocos más de dos meses la situación generada por la COVID-19 nos alcanzó, diversas e inimaginables han sido las formas de continuar que hemos adoptado los cubanos dentro y fuera de la Isla. Nuestros pequeños continúan aprendiendo desde la casa, esperando correr otra vez en las calles y aceras de La Habana. Los equipos de Salud, periodistas y comunicadores se levantan cada día para sanar el cuerpo y alma del planeta. Los que se mantienen con paso firme saliendo cada día a trabajar, pese al miedo, develan la esencia solidaria y genuina de la raza humana.
Muchos de nosotros hemos transformado la sala o cuartos de nuestros hogares en estudios de televisión, en parques de entretenimiento, restaurantes de lujo, salones de belleza y oficinas. Sabemos que poco a poco llegaremos a esa nueva normalidad, sabiéndonos mejores ciudadanos y conscientes de las inmensas pérdidas que las sociedades enfrentan.
Aún quedan días de soledad acompañada, conciertos online, de escuchar y entender cada noticia que nos llegue de la prensa comprometida con la verdad. Para quienes entregan sudor y sacrificio no habrá pago más divino que el de crecer como país y planeta. Mantendremos para la historia los rostros anónimos de los que luchan para vencer hoy la pandemia.
Excelentemdnte descripto!
Como siempre, limpia e impecable redacción; sensible y cubanísimo periodista. Gracias por regalarnos tus textos.