Vive por cada segundo sin dudarlo

Elton John

Venimos a la tierra en diversas formas, tamaños, colores y maneras. Desde que comenzamos a crecer el mundo exterior va empujándonos hacia moldes predeterminados. No propongo aquí una lección sobre racismo, discriminación por género u orientación sexual. Ni quisiera dialogar sobre los tabúes que dejamos en la formación de la identidad de los más pequeños.  

¿Quién dice que un niño está predestinado por su color, por tradición familiar o simplemente por nacer varón, elegir marchar, o un bate antes que la danza o la poesía? ¿Cómo pensamos aún que las niñas deben cocinar bien o reverenciar y obedecer al hombre eligiendo ropa que no muestre, para no provocar? Estigmas tales dividen todavía en nuestros días a las sociedades como clanes primitivos destinados a luchar por sobrevivir.  

Foto: Granma

Cada día se plantea un nuevo reto para equiparar a quienes se sientan en desventaja. La verdadera libertad y fortaleza se crea en la palabra certera de que todos los seres humanos valemos por igual. Todos en alguna situación podemos ser víctimas de algún tipo de violencia o discriminación en nuestros primeros años, incluso hoy, mañana... Pero recordemos que siempre hay alguien, muchas, o una persona especial frente a quien somos perfectos. Aquellos que nos aman invariablemente sabrán que no interesa lo que piense el mundo mientras nos mantengamos unidos.

Somos más fuertes por todas las inmensas y pequeñas muestras de amor que llegaron de aquellas personas que nos importan. Aunque nadie es infalible, muchas veces la fe y el cariño pueden temblar ante la furia e incomprensión del mundo. Pero al final el amor suele prevalecer. 

Foto: ACN Agencia Cubana de Noticias