Según medios internacionales de comunicación el comportamiento del comercio exterior del gobierno de los Estados Unidos con imposición de nuevas y extremas medidas arancelarias dictaminadas por la administración de Donald Trump desde la Casa Blanca puede acarrear importantes distorsiones en las economías, no solo de los pueblos a los cuales son dirigidas esas disposiciones, sino también a los ciudadanos norteamericanos que son víctimas directas de elevados precios en recursos y servicios, entre otras regulaciones establecidas para efectuar inversiones en otros países, lo cual les limita el cacareado libre comercio.
Washington estimula una guerra arancelaria la cual se constata a partir del incremento de políticas proteccionistas que tienen como esencia una serie de excelsos aranceles a las importaciones que afecta con creces, e incluso, a sus socios comerciales.
La fanfarria histórica de Norteamérica de fomentar el libre comercio entre países va en decline, y por el contrario, se promueven por parte de EE.UU. penalizaciones, sanciones y hasta bloqueos a las naciones que no sean obedientes a los designios del “emperador Trump”. En este paquete de incremento de aranceles se incluyen a gran parte de la comunidad mundial, previéndose que durante esta era de mandato en la Casa Blanca se impongan aranceles significativos al total de las importaciones, por valor aproximado y superior a 1,4 billones de dólares durante el 2025.
Por solo mencionar algunos países, las imposiciones llegan a China, Canadá, México, Unión Europea, Reino Unido, India, naciones de Asia y África, entre muchos otros, y se destacan los integrantes del BRICS, amenazados por el señor mandatario de EE.UU., que no admite independencia económica y financiera por parte de naciones soberanas e independientes que buscan una beneficiosa y más justa relación económica entre sus miembros.
La Casa Blanca utiliza el chantaje y la intromisión en los asuntos internos de otros pueblos. Eso se percibe en las amenazas recientes contra Brasil y Colombia, donde sus sistemas judiciales han procesado a ex presidentes por diversos delitos sancionados en cualquier país.
No cesa tampoco el gobierno de EE.UU sus campañas de desinformación y estrategia de subversión contra Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia y otros gobiernos no complacientes de sus políticas. Amenazan además la soberanía de Panamá sobre su Canal, y tratan de forma prepotente y agresiva seguir imponiendo designios de otrora era de colonialismo y neocolonialismo.
De igual manera sustentan la coacción como arma de negociación, arremeten contra China por su vertiginoso desarrollo y sus relaciones justas y reciprocas con muchas otras naciones, vínculos que no están sujetos a bloqueos, ni intromisión en los asuntos internos de otros Estados soberanos.
No basta a Washington más de sesenta años de bloqueo y agresiones sistemáticas al noble pueblo cubano, cada vez recrudece más el criminal asedio, y trata de prohibir con prácticas extraterritoriales la fluidez del comercio con la Isla, y particularmente la adquisición de tecnologías, combustible, alimentos, medicinas y otros recursos básicos.
También como “gendarme universal” ofrece ultimátum a Rusia en su conflicto con Ucrania, y también trata de intimidar a Irán, a pesar de la barrabasada de su aliado genocida de Israel al agredir ese país independiente, quebrantando el derecho internacional. Apoya incondicionalmente a su degradado socio, Benjamín Netanyahu, al cual, a sabiendas que es un criminal, no sanciona ni condena por sus reiterados crímenes de lesa humanidad contra la población palestina de Gaza y otros territorios árabes.
No comprende el presidente de los Estados Unidos de América, su Congreso e instituciones oficiales que sus maniobras de penalizaciones a otros pueblos, a quien aíslan es a Washington ante la arena internacional, complicando las condiciones de intercambios comerciales y dificultando cada vez más las transacciones económicas financieras con el empleo del dólar por parte de gran parte de la comunidad mundial.
Para los gobiernos dignos e independientes del mundo es inaceptable las políticas de imposiciones, a modo de emperador, que trata de aplicar el actual jefe de la Casa Blanca.
Las contradicciones y diferentes puntos de vista se discuten de manera transparente, objetiva y honesta entre las partes en busca de consensos, y sin condicionamiento alguno. De lo contrario, tendrá mayor vigencia en América y otras tierras del mundo, la frase del Titán de Bronce Antonio Maceo ante el entonces Capitán General español Martínez Campos cuando le propuso el Pacto del Zanjón convocando a claudicar y cercenar la independencia de Cuba. Entonces el General Maceo le respondió: “No, no nos entendemos”.
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