La agresión a Irán por parte de Israel (gobierno que mantiene varios frentes de beligerancia abiertos contra población palestina y otros territorios en el Oriente Medio) y cuenta con apoyo directo del gobierno que preside Donald Trump en los Estados Unidos es la mayor equivocación que pueda efectuar administración alguna.

Solo de demente e irresponsable autoridad puede catalogarse a quienes hoy exacerban ese grave conflicto que acontece en esa zona del mundo, y repulsivo resulta también vanagloriarse de quebrantar el derecho internacional y alejar las posibilidades de paz, es aún un gesto más aberrante.

¿Cómo el señor Trump puede hablar de paz y aprobar incursiones de su ejército en el Oriente Medio contra Irán, país que no agredió ni a Washington ni a Tel Aviv? 

La Casa Blanca por su comprometimiento con el primer ministro Benjamín Netanyahu, pone en riesgo el equilibrio y la paz mundial, y arrastra a su pueblo y a otros del orbe a una conflagración de consecuencias inimaginables.

Esperemos que a pesar de la alianza estadounidense con el actual genocida israelí que lleva más de un año masacrando la población palestina en Gaza y en otros campamentos de refugiados, existan congresistas dignos y racionales en los EE.UU. capaces de frenar la demencia de su mandatario y particularmente de quienes influyen negativamente en sus decisiones.

Las acciones de Estados Unidos contra Teherán están provocando una repulsa mundial de colosales reacciones, y pone en inminente peligro a la humanidad. Los ciudadanos norteamericanos, las familias de jóvenes de ese país no aceptaran jamás una nueva contienda como Vietnam, y a esa cruzada guerrerista están arrastrando a ese pueblo.

Resulta inmoral e indigno mostrar interés en una duradera paz, mientras se lanzan bombas y se causa destrucción y muerte de científicos, militares, personal civil de otro país, con pretextos, sin pruebas, y particularmente cuando los que amenazan y atacan al pueblo iraní son quienes más ojivas nucleares con armas sofisticadas de destrucción masiva poseen, vulnerando todos los Tratados internacionales y no son firmantes de la no proliferación de armas nucleares. 

Hay que ser desvergonzado para exigir lo que ellos nunca han cumplido, y por el contrario, incrementan presupuestos abismales para la carrera armamentista, en vez de invertirlo en el desarrollo sustentable de sus naciones y el resto del mundo.

¡Basta de guerras, muerte, destrucción, odio y arrogancia criminal!

Los pueblos de este desigual Universo precisan de paz y demandan justicia.

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