La situación de los palestinos es cada vez más horrible debido al comportamiento agresivo e inhumano por parte de las tropas israelíes que fomentan demoliciones, obligando a miles de hombres, mujeres y niños en Cisjordania a desplazarse a otros lugares, sin un mínimo de condiciones de vida.
Igualmente, ataques sionistas dañaron infraestructuras en campamentos de refugiados de esa región, como lo acontecido en Yenin. Esos son crímenes de lesa humanidad causados por detonaciones y agresiones de procedencia israelíes.
Según informaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, UNRWA, las explosiones afectan la vida de civiles, al no advertirse sobre las mismas.
Esa indecorosa estrategia por parte de Tel Aviv tiene el propósito de seguir con la ocupación de tierras palestinas, algo que viene realizando ese gobierno desde hace décadas, con disimiles pretextos. Y a su vez seguir con su abominable política de expulsión de los palestinos, a pesar del quebranto que ello representa a los derechos humanos y a los innumerables e históricos acuerdos de la ONU.
De igual manera, Gaza sigue siendo víctima de la violencia de las huestes israelíes, la destrucción y muerte se han apoderado de ese enclave, luego de ser sometido de manera bárbara a los bombardeos y la invasión dirigida por el señor Benjamín Netanyahu, primer ministro del ente sionista que lideró la ocupación de Gaza, y trajo por consecuencia más de 48 mil muertos y un considerable número de heridos y desaparecidos, entre los que se encuentran miles de niños, mujeres y ancianos.
Asimismo, la desmedida ambición y sed de poder de la administración actual de Israel no ceja en su empeño de apoderarse de territorios árabes, zonas fronterizas de Siria siguen siendo ocupadas y tampoco cesan sus ataques a Líbano.
A pesar de las treguas y ceses al fuego dispuestas entre Hamas y Tel Aviv, el ejército de Israel mantiene también la hostilidad y violencia contra los habitantes que están en áreas devastadas, luego de la hecatombe legada por la guerra con familias enteras fallecidas, más viviendas e infraestructura social y económica, destruida.
El gobierno de Netanyahu vulnera la labor humanitaria de la UNRWA y también de la Oficina de los Derechos humanos, pues el ocupante, Israel, va destruyendo todo vestigio de vida y civilización, a su paso.
De ahí que la Relatora Especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, haya expresado, luego de la agresión en Yenín, que las políticas coloniales de Israel en Palestina tienen una dimensión regional que no se puede ignorar, llamando a los países árabes a encontrar protección efectiva para ese pueblo y frenar la ocupación.
Los gazaties y todos los palestinos precisan de la solidaridad y apoyo humanitario para reconstruir sus territorios y lograr su Estado libre y soberano como estaba previsto desde el pasado siglo. Esa es la mejor manera de alcanzar la paz duradera en la región del Oriente Medio.
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