La situación de los palestinos en Gaza y campos de refugiados se torna cada vez más crítica, expertos de Naciones Unidas catalogan de infierno lo que acontece en esa región del Oriente Medio.

Más de 15 mil muertes han provocado los bombardeos de Israel que suman más de dos meses de continua agresión, alcanzando a la población civil con miles de niños, mujeres y ancianos fallecidos a causa de la metralla de Tel Aviv. Mientras, el gobierno de Benjamín Netanyahu hace caso omiso de la demanda de la comunidad internacional que solicita el cese inmediato del fuego para dar paso a la ayuda humanitaria que precisa ese pueblo, el cual vive hoy la crueldad de la invasión sionista.

Hace pocos días, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no fue capaz de poner fin al genocidio contra ese pueblo, a causa del veto irresponsable e inmoral de los Estados Unidos, el autoproclamado “ paladín de los derechos humanos”. Ese accionar dió luz verde a la infamia que representa el quebranto sistemático de la vida del pueblo palestino que durante décadas ha sido víctima de estrategias colonialistas, vejámenes y actos de segregación racial por parte del gobierno de Israel el cual no ceja en su obcecado empeño expansionista y anexionista.

La Asamblea General de la ONU también se pronunció mayoritariamente, -con unos 150 países- a favor de poner fin a la guerra que protagoniza el ejército israelí en territorios ocupados de Palestina. Y de igual manera exigen crear las condiciones para la entrada de la ayuda humanitaria imprescindible a ese territorio.

La destrucción, el hambre y las enfermedades, así como el asedio a hospitales y el aniquilamiento de los servicios de Salud están provocando multiples flagelos que amenazan la existencia de millones de personas, particularmente de embarazadas, bebés, niños y población en general.

¿ Qué persigue el gobierno de Netanyahu con tanta crueldad y aplicación de política de exterminio en masas?

Atendiendo a la historia, al quebranto e irrespeto sistemático de las Resoluciones de la ONU por parte de Israel con las ocupaciones de tierras palestinas durante décadas, solo queda pensar que persigue sustentar crímenes de lesa humanidad intentando ejecutar una limpieza étnica, al estilo del nazifascismo en el pasado siglo.

En esta era de civilización es inadmisible y, además, genera gran rechazo mundial que administraciones como la del presidente Joe Biden y algunos aliados puedan apoyar ese tipo de crímenes que reiteradamente sigue ejecutando fuera de sus fronteras, el gobierno israelí.

Debe imponerse la paz por encima de diferendos ideológicos y territoriales. Solo con el reconocimiento oficial del Estado de Palestina en igualdad de condiciones como cualquier nación independiente, -incluso como lo alcanzó Israel luego de la II Guerra Mundial-, podrá existir una región armónica que pueda apostar al desarrollo sostenible de sus países, sin injerencias ni intervenciones foráneas.

Aquellos que exacerban conflictos, asedios y guerras ponen en riesgo la estabilidad y paz mundial, obstaculizan y perjudican la buena vecindad, y las relaciones económicas, comerciales y financieras entre naciones.

La comunidad internacional dice ¡ Basta! al crimen que se comete contra Gaza y en general contra el pueblo palestino.   

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