Esta década ha sido suficiente para que los millones de ciudadanos de América hayan podido constatar que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luís Almagro, ha resultado ser el mayor desestabilizador de los pueblos de la región.
La doble moral de Almagro, su política injerencista, golpista, y en defensa de las oligarquías y derechas del continente ha contribuido a que esta zona sea cada vez más desigual, inestable, empobrecida y expoliada por intereses foráneos.
El representante de la OEA, (artífice de la violencia en Bolivia por sus declaraciones patrañeras que impulsaron el golpe de facto para sacar del poder al presidente electo Evo Morales), de manera desvergonzada está ahora alarmado por la detención de los protagonistas de la asonada, incluyendo su protegida Jeanine Añez, entonces autoproclamada mandataria y cuya designación antidemocrática trajo consigo la muerte, tortura y persecución de decenas de indígenas, integrantes del Movimiento Al Socialismo, organización que cuenta con amplio respaldo popular demostrado en todas las elecciones.
¿Por qué Almagro no hizo iguales declaraciones por los jóvenes que perdieron la vista o fueron ultimados por la represión de carabineros en Chile, o por los encarcelados en Ecuador, asesinados sistemáticamente en Colombia, y en otras naciones del fantasma Grupo de Lima?
Esa desacreditada OEA tampoco asume soluciones adecuadas para salvar vidas y evitar los miles de compatriotas que en la región mueren por mala atención sanitaria ante la COVID-19, a lo que se suman otros millones que viven en áreas inhóspitas en extrema pobreza y carecen de servicios básicos, lo mínimo de subsistencia.
Además, es muy significativo que el ente regional hiciese, por un buen tiempo, mutismo total cuando fue asaltado el Capitolio de Washington, (algo inaudito e imposible de aceptar en cualquier democracia); fue sumamente débil en sus declaraciones al respecto. Ello sin dudas tenía que ver con el apoyo incondicional a la política del ex mandatario Donald Trump, con el cual tuvo estrechos vínculos.
Igualmente se suceden a diario atentados y homicidios por parte de bandas criminales y paramilitares en varios de los países con los cuales tiene Almagro estrechas relaciones en Latinoamérica y, sin embargo, su accionar es cada vez más mediocre y falto de propuestas concretas para erradicar el crimen organizado, los asesinatos selectivos y otros flagelos presentes en estas ancestrales tierras, algunas de las cuales cuentan con administraciones que no tienen intereses reales de satisfacer las necesidades de sus pueblos.
No se preocupa que existan gobernantes y élites de poder que aumenten vertiginosamente sus riquezas personales o ubiquen extensos capitales en paraísos fiscales, y siempre en detrimento de sus pueblos.
En Bolivia, el Golpe de Estado (con fachada de alzamiento y contubernio entre militares, policías y la OEA) fue un crimen de lesa humanidad que desvergonzadamente omitió. Este país había alcanzado niveles de Desarrollo Humano antes inimaginables, los cuales fueron destrozados por Añez y su fábula golpista.
Igualmente Almagro no se alarmó ante las amenazas a la vida del entonces presidente Evo Morales y su familia, así como silenció el abuso, incluso públicamente, de funcionarios y directivos del MAS, lo cual fue visto por todas las cadenas de noticias internacionales, sacudiendo a la opinión pública, a pesar de cierta censura occidental.
Nada justifica el actuar de Almagro, quien hace rato, al decir de expertos en leyes, debió ser destituido por su parcialidad, doble moral, incitar con desacertadas declaraciones sobre violencia y desestabilización en países que no comparten sus falacias o estrategias, (como ha hecho en reiteradas ocasiones contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y otras naciones), su perenne injerencismo en los asuntos internos de los Estados e incapacidad para el cargo al no encontrar procedimientos apropiados para solventar los diferendos y mejorar las condiciones socio-económicas, factores que debe contemplar la Carta Fundacional de la OEA, y este señor incumple reiteradamente.
Los cubanos se preguntan ¿Por qué no solicita el levantamiento total de los bloqueos que dañan los derechos humanos de millones de personas?
Por ejemplo, sin el asedio a Cuba, ésta tendría mayores recursos económicos y financieros, y menos obstáculos para acudir al mercado externo a adquirir tecnologías de Salud, Educación, alimentos y otros insumos vitales para la población. Pero esa no es la prioridad de Almagro, él está solo concebido para inmiscuirse en los asuntos internos de otros estados y generar conflictos, esa es la verdad que perciben los latinoamericanos, desde el Río Bravo, en México, hasta la Patagonia, en Argentina.
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