El tratamiento varía en función de su causa. Si es un dolor puntual, causado por una mala postura o un movimiento brusco, los analgésicos y algunos cuidados básicos pueden ayudar. Sin embargo, si se trata de un traumatismo o enfermedad, será el médico quien determine el plan terapéutico. Mientras ¿qué podemos hacer?

Corregir la postura: Este es uno de los factores más importantes en el desarrollo de esta molestia. Por ello, debemos prestarle especial atención a la misma; no solo en el trabajo, sino también en hábitos cotidianos como al usar los dispositivos móviles. Lo ideal es colocarse con la cabeza erguida. Permanecer durante mucho rato con la cabeza inclinada hacia abajo hace que esta zona soporte toda la tensión. Por ello, también es recomendable realizar descansos para movilizar el cuello y relajar los músculos. 

Foto: Mejor con salud

Movilizar la zona: Es fundamental movilizar la zona. No se trata de forzar los músculos, sino de mantener posturas erguidas durante 15 o 20 segundos para reducir la tensión en los músculos. En primer lugar, se recomienda inclinar la cabeza hacia un lado y después hacia el otro. Otro movimiento importante es la rotación, tanto de la cabeza como de los hombros. También es bueno estirar los brazos detrás de la cabeza, y hacer presión con el codo hacia abajo.

Medidas fisioterapéuticas

Acudir al fisioterapeuta debe de ser una de las principales acciones cuando el dolor de cuello y hombros se mantiene en el tiempo. Mediante masajes, técnicas de estimulación eléctrica o con aplicación de calor ayuda a mejorar las molestias. En algunos casos, se emplea la tracción con pesas y poleas para estirar el cuello. Incluso, se puede inmovilizar el cuello durante periodos cortos para reducir la presión.

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